El concejal del PSOE en Pastrana (Guadalajara), Fernando Jabonero, ha alertado de que las licencias concedidas a proyectos hechos por los arquitectos honoríficos podrían no ser válidas. Por su parte, el presidente de Colegio de Arquitectos de Toledo, Carlos Rojo, cree que no serían nulas y están tratando de solucionar esta situación. «Solo me falta reunirme con el Rey», concluía Rojo sobre las reuniones que ha mantenido.
No todos los ayuntamientos de la región pueden tener un arquitecto en plantilla, por eso entre 600 y 700 municipios (según datos de Fernando Jabonero), de las 919 localidades castellano-manchegas, utilizan un arquitecto de confianza que les asesora, constando en el consistorio como «arquitecto honorario u honorífico«.
Estos arquitectos aconsejan y echan una mano a los ayuntamientos en las dudas relacionadas la construcción y el urbanismo. Pero este hecho también puede devenir en problemas de incompatibilidades, ya que estos profesionales sí que pueden hacerse cargo de proyectos del pueblo, cosa que los arquitectos municipales no pueden hacer. El presidente del Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha en su demarcación de Toledo, Carlos Rojo, dice que ellos «velan por las situaciones de incompatibilidad» y pide explicaciones al organismo en cuestión para evitar esas situaciones.
Carlos Rojo, presidente del Colegio de Arquitectos de Toledo. Fotografía cedida por David Pérez / La Tribuna de Toledo.
En cuanto a las licencias firmadas por estos arquitectos, según Jabonero, son «nulas de pleno derecho». Calor Rojo cree que estas licencias sí son válidas porque las acreditan los secretarios de los consistorios, ya que si hay alguna irregularidad, ellos alertan de la misma a la diputación para que les ayuden y asesoren. Sobre los arquitectos honoríficos, Rojo afirma que los propios arquitectos «son los damnificados» porque a parte de no estar contratados, en ocasiones no reciben ninguna remuneración.
EL ARQUITECTO HONORÍFICO: DESDE EL ALTRUISMO DE POSTGUERRA HASTA NUESTROS DÍAS
En muchas regiones de España y en muchos municipios castellano-manchegos siguen manteniendo un cargo que tiene más de 70 años. En la época en la que el país estaba desolado por la Guerra Civil, se empezó a utilizar la figura del arquitecto honorífico para ayudar a la reconstrucción. Como los arquitectos por entonces escaseaban y los recursos eran más bien limitados, los que había en cada zona se ofrecían de manera altruista para ayudar en los procesos de reconstrucción, y más tarde se les recompensaba con este nombramiento de “arquitecto honorífico u honorario”.
Pues bien, este título, que más que título era un reconocimiento, ha llegado hasta nuestros días. Ahora sí tiene un papel relevante porque los arquitectos honoríficos se usan en muchos pueblos de la geografía castellano-manchega.
¿Cuál es el problema? Pues que el puesto de arquitecto en los ayuntamientos lo tiene que ocupar un funcionario, que cobre por su trabajo y atienda al régimen de incompatibilidades que acarrea ese puesto.
UNA BOLSA DE ARQUITECTOS EN LA DIPUTACIÓN O CONTRATAR UNO ENTRE VARIOS MUNICIPIOS, LAS POSIBLES SOLUCIONES
Tanto Jabonero como Rojo están de acuerdo en que la solución sería contratar un arquitecto municipal, aunque los pequeños municipios no pueden hacer frente a este desembolso. Para ello hay varias soluciones que se están trabajando desde el Colegio de Arquitectos. Carlos Rojo cuenta que se ha reunido con todos los organismos posibles, “solo me falta reunirme con el Rey” comenta. Valorando las soluciones, se podría acabar con el problema como se ha hecho en otras comunidades, haciendo una bolsa de arquitectos en las diputaciones en la cual se podrían pedir los servicios de los profesionales de la arquitectura desde los ayuntamientos. En Extremadura, por ejemplo, la situación de los honoríficos se ha solucionado así.
Otra de las soluciones sería contratar a un técnico entre varios pueblos para que así no se hiciese tan costoso.