domingo, 24 de noviembre de 2024
Pertenece a la empresa Elecnor Deimos 21/07/2016junio 7th, 2017

Aunque su presentación oficial fue en mayo de 2016, en enero de este año comenzó a funcionar el centro de vigilancia de asteroides y basura espacial que la empresa Elecnor Deimos ha instalado en el Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona, en el municipio de Almodóvar del Campo (Ciudad Real).

Los tres telescopios que hacen de vigías del espacio desde la montaña de Niefla de esta localidad ciudadrealeña identifican y catalogan objetos de basura espacial para aportar esta información a operadores de satélites privados y publicos y evitar colisiones, así como para proporcionar protección a la población sobre la caída de fragmentos. También se ocupan de descubrir y hacer un seguimiento de los asteroides que pudieran ser un peligro para la Tierra.


Noelia Sánchez, responsable de la División de Space Situational Awareness (SSA) de Elecnor Deimos, concretaba a encastillalamancha.es la función de cada uno de estos telescopios o sensores. El primero de ellos, denominado Centu 1 y Tracker 1, se dedica a la vigilancia de los objetos, mientras que un segundo, el Antsy 1, se ocupa de seguir al objeto ya identificado. Fue este sensor el que a finales de 2015 captó la caída de un fragmento de basura espacial en el Océano Índico, a unos 100 kilómetros de la costa de Sri Lanka, en la India; de hecho las últimas observaciones que se hicieron de este suceso se llevaron a cabo desde Ciudad Real. El tercer telescopio se dedica a investigar los objetos que están muy próximos al planeta, que son precisamenten los más díficil son de detectar y los que se mueven más rápido.

Toda esta información es enviada al Centro de Integración y Operaciones de Satélites de Elecnor Deimos en Puertollano, desde donde se monitoriza el funcionamiento de los sensores y se procesan los datos.

El que Elecnor Deimos haya elegido Almodóvar del Campo para ubicar esta última tecnología no es casualidad. La responsable de la División de Space Situational Awareness explicaba que es uno de los lugares de España con menos contaminación lumínica. Su buena climatología, su baja densidad de población y sus cielos limpios fueron otros factores tenidos en cuenta.

Hasta hace relativamente poco eran firmas estadounidenses las que se ocupaban de dar a conocer al resto del mundo los movimientos de los cuerpos que giran alrededor de la Tierra. Sin embargo, Europa se ha sumado a estas tareas, consciente de la importancia que tienen cada vez más los sistemas de vigilancia espacial.

Los datos que salen de Almodóvar del Campo y de Puertollano son empleados por organismos como la Agencia Espacial Europea o el sistema español de vigilancia espacial. «También realizamos campañas para algunos operadores a los que indicamos si existe algún elemento que pueda colisionar con sus satélites, marcándole también la trayectoria del mismo», comentaba Noelia Sánchez. Desde Ciudad Real, Elecnor Deimos colabora igualmente con el sistema internacional dedicado a la recopilación de información sobre asteroides.

Se da la circunstancia de que uno de los telescopios instalados en la montaña de Niefla, cuando operaba en el Observatorio Astronómico de la Sagra de Granada -de donde procede-, ha llegado a detectar 3.000 asteroides, 90 de ellos muy cercanos a la Tierra. «Realizaba el 3 por 100 de los descubrimientos de los asteroides, un porcentaje muy importante si se tiene en cuenta que los americanos realizan el 94 por 100 de estos descubrimientos».

LA BASURA ESPACIAL, UN PROBLEMA QUE YA ES UNA REALIDAD

Desde Elecnor Deimos ponen de manifiesto que la basura espacial que orbita alrededor del planeta es ya un problema que está aquí y para el que se están buscando soluciones. Los sensores de Almodóvar del Campo tienen entre sus funciones lanzar alertas sobres posibles colisiones de fragmentos de basura espacial a satélites. Una vez que los operadores son avisados de la proximidad de estas piezas y de su trayectoria, estos realizan las maniobras anticolisión para evitar el golpe. Noelia Sánchez ponía de manifiesto la importancia de estos sistemas de vigilancia espacial en tanto que «hoy en día nuestra vida depende en buena manera de los satélites».

Añadía que las agencias de todo el mundo vienen trabajando en que, al menos, no sigan aumentando estos residuos. Por ello, además de las labores de vigilancia, «ahora es obligatorio que los satélites que se envían incorporen un programa para ser devueltos a la Tierra». Incluso se están llevando a cabo estudios para limpiar la órbita de estos fragmentos.

Al margen de los problemas que ocasiona a los satélites y a pesar de que su derrumbe en el planeta es muy difícil de precisar, la basura espacial no representa una amenaza grave para la población ya que «el riesgo de que caiga es muy bajo». Además, «los que llegan a rozar la atmósfera se suelen quemar del propio rozamiento y, de los que finalmente caen, la mayoría lo hacen en el mar; no se han conocido nunca daños personales», concluía.

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