El director de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, Ramón Sánchez, ha resaltado la «débil» situación económica por la que atraviesa esta institución, que el presente año ha visto reducida en un 50 por ciento la asignación anual que recibe del Ministerio de Cultura. «Y por si esto fuera poco, a nivel local y provincial, la única subvención que tenemos son los 6.000 euros de la Diputación de Toledo, a la que estamos muy agradecidos», ha declarado Sánchez en una entrevista con EFE.
Catedrático en Historia Moderna, Sánchez ostenta la dirección de la Real Academia de Bellas Artes desde junio de 2010, tarea a la que se dedica «por amor al arte y, nunca mejor dicho», ha ironizado, pues a veces esta responsabilidad le cuesta dinero de su bolsillo.
En este contexto ha aludido a los «problemillas» surgidos recientemente en su sede, un edificio del siglo XIV declarado bien de interés cultural en la calle Esteban Illán, en cuyo patio hay una columna apuntalada y una grieta en la pared, que el Consorcio de la Ciudad se ha mostrado dispuesto a solventar, aunque no existe peligro de derrumbe.
Respecto a las relaciones con el nuevo Ejecutivo regional, ha indicado que, tras las pasadas elecciones autonómicas, se dirigió por carta a la nueva presidenta regional, María Dolores de Cospedal, para felicitarla y pedirle una entrevista para darle a conocer la labor de la Academia y ofrecerle colaboración en el ámbito de sus competencias.
En este sentido ha indicado que, por el momento, no ha tenido ninguna contestación aunque confía en que, pasadas las elecciones generales, María Dolores de Cospedal «haga un hueco en su agenda».
«Se trata de intercambiar opiniones e informarle, entre otros asuntos, de que, en 2016, la Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo celebra su cien cumpleaños, con una trayectoria a sus espaldas de trabajo y de colaboración que es de valorar», ha subrayado Sánchez.
Entre los motivos que hacen que esta institución se sienta «orgullosa» de su labor, ha resaltado el papel jugado en Vega Baja y ha apuntado: «fuimos la primera institución en dar la voz de alarma sobre lo que allí podía haber y el peligro que suponía para el patrimonio arqueológico toledano la construcción de viviendas».
Dicho esto, Sánchez ha querido aclarar que esto no significa que la Academia esté en contra del progreso de Toledo.
Y ha abundado: todas nuestras iniciativas tienen en cuenta a la ciudad y su prosperidad, no somos una institución que mira hacia atrás, miramos hacia delante y lo que intentamos siempre es compaginar el pasado con el futuro y el presente».
Preguntado por el Plan de Ordenación Municipal (POM), hoy paralizado por una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la región y recurrido por el Ayuntamiento ante el Tribunal Supremo, ha recordado que este documento fue, en su día, «objeto de numerosas sesiones, muchísimas horas de trabajo y alegaciones por parte de la Academia, pero, en este momento, no hay nada que ésta pueda hacer».
Y ha agregado que «cuando hay una sentencia, sobran las opiniones, se presume que los que entienden determinan que eso no está bien y, como no está bien, no sirve para nada y está fuera del marco legal, por lo que sólo cabe la apelación».
En cuanto al Circo Romano, ha valorado que, por fin, se haya decidido actuar en este entorno, cuyo estado de deterioro ha denunciado la Academia a través de numerosas mociones.
Y ha anunciado que precisamente, en la última junta ordinaria de la institución académica, celebrada el pasado martes, se acordó pedir al Ayuntamiento permiso para visitar el Circo, «para que nos enseñen lo que están haciendo y si podemos ayudar, hacerlo ahora que se están haciendo las cosas, no después de hechas».
Dentro de esta filosofía, ha resaltado que una de sus principales aspiraciones es que instituciones y particulares «consulten más» a la Academia de Bellas Artes, en su calidad de órgano consultivo, sobre cuantos proyectos afecten al patrimonio histórico-artístico de la ciudad, «a fin de prevenir antes que curar».
Y ha puesto como ejemplo la reforma de la techumbre de la Mezquita del Cristo de la Luz acometida hace diez años, que, en opinión de la Academia, fue la causante del problema de humedades que padece actualmente este edificio milenario, el cual «nos habríamos ahorrado si nos hubieran hecho caso», ha aseverado.
En este sentido ha indicado que «una norma de conducta primordial» de la Academia es que «cuando denunciamos algo o damos a conocer algún problema, siempre intentamos aportar una solución, una alternativa; huimos de criticar por criticar».