La Policía Nacional ha desarticulado, con la detención de un total de 30 personas, una organización que colocaba a varias «mulas» y diferentes señuelos en un mismo vuelo para despistar a los agentes e introducir en el aeropuerto de Barajas cocaína procedente de Colombia.
Según ha informado hoy la Dirección General de la Policía, en el transcurso de la investigación se han llevado a cabo catorce registros, tres de ellos en la provincia de Ciudad Real, uno en la provincia de Cuenca, dos en la localidad madrileña de Getafe y el resto en la ciudad de Madrid.
La operación empezó hace un año y ha culminado ahora con la detención de un total de treinta personas y la incautación de 83 kilos de droga ocultos en dobles fondos de mochilas.
Su «modus operandi» consistía en introducir a varias personas cargadas con mochilas con cocaína en un único vuelo con el fin de que, en el caso de que alguno de ellos fuese detectado, el resto consiguiese su propósito y pasara el control del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas.
La organización también contaba con personas que encabezaban la salida de los vuelos y servían de señuelo para intentar llamar la atención de los agentes, portando paquetes con sustancias que al ser analizadas resultaban ser inocuas.
La trama se asentaba en Colombia y utilizaba vuelos desde Latinoamérica al aeropuerto madrileño.
En el marco de esta investigación y en el último año han sido detenidas treinta personas y se han intervenido más de 83 kilos de droga en un total de 36 paquetes.
Una de las fases más importantes de la operación tuvo lugar a finales del pasado mes de febrero, cuando se logró detener a catorce personas que viajaban en un mismo vuelo.
Siete de ellas portaban droga y las otras siete servían para controlar a los anteriores, trasladarlos a los hoteles, recoger la droga de las mochilas e iniciar los contactos con los encargados de su distribución en España.
En esta intervención se logró la detención de dos de los cabecillas de la organización y se incautaron 53 kilos de cocaína distribuidos en veinte placas alojadas en dobles fondos de siete mochilas.
La banda adoptaba grandes medidas de seguridad e incluso utilizaba a viajeros de avanzada edad para que no levantasen las sospechas de los agentes.
Sus miembros estaban conectados con una segunda organización de menor nivel que se dedicaba a la denominada «telecoca»: llevar la cocaína hasta el domicilio del cliente, tras recibir la petición de éste por teléfono.