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Según datos del IPEX 15/08/2016junio 7th, 2017

Castilla-La Mancha, la segunda comunidad productora de calzado, exportó el año pasado más de 170 millones de euros. Los primeros meses de este año los envíos han aumentado un 12 por 100 respecto a 2015, gracias, sobre todo, a sus clusters en Fuensalida (Toledo) y Almansa (Albacete), que calzan a Europa y parte del mundo.

Almansa ha exportado en el último ejercicio cerrado (2015) un 63,3 por 100 y Fuensalida un 17,7 por 100 del total del calzado que exporta la región, según ha informado a Efe el responsable de promoción de bienes de consumo y servicio del Instituto de Promoción Exterior (IPEX) de Castilla-La Mancha, José Félix González.


Los principales destinos de las exportaciones de calzado castellanomanchego -un sector que en la región emplea a 5.000 trabajadores- son Estados Unidos (15,06 por 100), Francia (14,97 por 100), Irlanda (14,09 por 100) y Alemania (11,98 por 100).

Aunque en esta lista la mayoría de los destinos son europeos, el IPEX destaca que 20 mercados de destino del calzado castellanomanchego se localizan fuera de la Unión Europea.

Este año las exportaciones de calzado han subido y en mayo se han situado en 11,90 millones de euros, que supone un incremento del 12,8 por 100 respecto a mayo del año anterior.

Y, en concreto, las exportaciones de calzado de Fuensalida en los primeros cinco meses han rondado los 14,4 millones de euros, que es una subida de casi el 22 por 100 respecto al mismo periodo de 2015, según datos de la Asociación Provincial de Industriales del Calzado de Toledo (Asidcat).

El motivo de este crecimiento de las exportaciones es el «valor añadido que genera el diseño y el I+D en el calzado español», ha indicado José Félix González.

En este sentido, según la Federación de Industrias de Calzado de España el precio medio de exportación de un par de zapatos a China, en el año 2014 fue de 36,4 euros, un coste que, según ha explicado González, en la tienda «rondaría los 300 dólares» y es «demasiado alto» para el mercado español.

Entre los lugares de origen del calzado de Castilla-La Mancha destaca Almansa, donde se concentra el 95 por 100 de empresas de calzado de la provincia de albacete, en la cual el 90 por 100 de su producción y exportación es calzado de hombre.

En Toledo, Fuensalida alberga grandes y conocidas empresas, como «Pabloski», pero también pymes y fábricas tradicionales.

Fuensalida produce seis millones de pares al año por un valor de 150 millones de euros y da trabajo directo a 1.500 personas e indirecto a 500, ha informado a Efe el director de la Asidcat, José Luis González, quien ha agregado que hay un 90 por 100 de contratación indefinida y el empleo femenino llega al 50 por 100.

Un elemento principal del comercio interior español son las pequeñas fábricas y Fuensalida es un claro ejemplo, en buena parte porque apenas a 40 kilómetros está Madrid, su mercado natural y de referencia.

Estos datos han sido confirmados por el consejero delegado de una empresa artesanal de Fuensalida, Jesús Manuel Valle, que ha señalado a Efe que su «principal producción es a nivel nacional pero también exportamos a Portugal y Reino Unido aunque únicamente un 1 por 100».

El principal cliente de esta empresa es El Corte Inglés, en un 50 por 100, y el resto son firmas que tienen tiendas por todo el país, ha explicado.

Respecto a las categorías de calzado, en Fuensalida destaca el zapato de caballero, con una producción del 70 por 100, pero también el infantil y deportivo.

Valle ha explicado que la producción «no es muy elevada, porque es artesanal», alrededor de 25.000 pares al año, y ha señalado que «el zapato es un mocasín de piel elaborado a mano en la horma con pieles gruesas de red o vacuno», por lo que el proceso de producción «es largo» y hasta que se termina hay que respetar una serie de tiempos para que no se pierdan las propiedades de la piel.

El sector del calzado no sólo crea puestos y riqueza de forma directa, sino que también lo hace indirectamente, ya que estas fábricas necesitan auxiliares para algunas partes del zapato.

Un ejemplo es Alsaja prefabricados, una empresa familiar de Fuensalida con una trayectoria de 30 años, donde 16 trabajadores en temporada alta -octubre a marzo- fabrican cada día 1.000 pares de suelas de hombre y, en menor porcentaje, mujer y niño.

«Somos proveedores de suelas prefabricadas tanto de empresas artesanales como de grandes empresas como Pabloski», ha dicho a Efe el gerente de la empresa, Santos Bravo, quien ha destacado que actualmente venden a compradores españoles pero años atrás también exportaron.

A su vez, estas empresas de prefabricado aunque producen en «un 90 por 100 sus propias suelas» necesitan empresas auxiliares «que nos proveen el tacón y así se facilita el proceso de producción en modelos complicados», ha señalado Bravo.

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