Jorge Ortega aterrizó en España procedente de Argentina el pasado 13 de agosto. Aun tiene jet lag y las noches que no puede dormir las dedica a reflexionar sobre la experiencia de voluntariado que acaba de vivir en el país latinoamericano, donde ha tenido la oportunidad de colaborar con la Fundación Tupambae, un proyecto del sacerdote toledano Justo Rodríguez.
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De la mano de Cáritas Diocesana de Toledo, un total de 11 jóvenes han viajado este verano a Cuba y Argentina para ayudar a los que menos tienen, unos días que les ha servido igualmente de aprendizaje sobre las necesidades de estos lugares y los modos de cooperación.
Hasta la ciudad argentina de Maquinista Savio llegaron el pasado 11 de julio Jorge, Carolina, Mari Carmen y David, cuatro toledanos que han vivido una experiencia inolvidable de la que han recibido más de lo que han dado. Así lo expresaba a encastillalamancha.es uno de ellos, Jorge, un profesor y trabajador social de 28 años que, después de estar el año pasado en Perú, repite en el Programa de Voluntariado Internacional de Verano de Cáritas.
Como ya le ocurrió en Perú, la realidad que se ha encontrado en Argentina no tiene nada que ver con la que está acostumbrado en España. Pobreza, falta de recursos, precariedad laboral e inseguridad han sido estampas demasiado habituales retratadas a través de su cámara fotográfica. A diferencia de las grandes ciudades, mucho más desarrolladas que las zonas rurales, se han movido en una ciudad de poco más de 40.000 habitantes de calles sin asfaltar y familias desestructuradas y machacadas por la situación política.
«Después de un mes allí, valoras mucho más a tu familia, un plato de comida, tu casa, tener unos referentes…». Jorge añadía que «nos quejamos de España pero no nos damos cuenta de que vivimos en un país privilegiado». Las otras lecciones aprendidas las ha recibido de las personas humildes con las que ha tratado, «gente que no tiene nada pero que te lo ofrece todo». «Llegué allí con la idea de ayudar pero al final recibes más de lo que das».
Durante su estancia en Argentina, ha estado vinculado con la fundación impulsada por el sacerdote toledano Justo Rodríguez, un proyecto que trabaja en muchas áreas: salud, educación, formación y capacitación laboral. Junto a sus otros tres compañeros han estado volcados en ayudar en el comedor social y en acudir a los colegios. «En un mes solo te da tiempo a conocer el lugar para, ya a más largo plazo, desarrollar proyectos de cooperación específicos».
Otros nueve jóvenes regresarán el 26 de agosto de Cuba, donde -junto al obispo de Cienfuegos, el toledano Domingo Oropesa– colaboran en diferentes proyectos de Cáritas Toledo, la única de Castilla-La mancha que ofrece la posibilidad de realizar este voluntariado, facilitando la estancia y los trámites para llevarlo a cabo.