sábado, 23 de noviembre de 2024
Artículo de opinión 13/09/2016junio 7th, 2017

«Cuando comencé a leer hace dos días que nacía un nuevo medio de comunicación en la región, me dije, ¿quién será el valiente que se atreve?, pero a medida que concluí la lectura, entendí de qué iba el asunto. Como saben ustedes, se acaba de anunciar por parte de la antigua RTVCM, el ente que se ocupa de la radio y televisión de Castilla la Mancha, que han cambiado de identidad. Sí, ahora se llama CMM, algo así como Castilla la Mancha Media.

Dice la directora general del Ente, Carmen Amores, que «nace con la vocación de ser la primera empresa de comunicación de la región al servicio de todos los castellano-manchegos y que para que CLM cuente, queremos contar contigo. Que los ciudadanos son los dueños de la empresa y para los que esta empresa trabaja…». Joder, ¿a qué queda bonito, dicho y escrito así, sin más? Ya lo creo. Lo peor, que a estas alturas tienen muy difícil convencer al personal (ciudadanos), de que así sea. Necesitarían más horas de programación continua y adoctrinamiento para que influyera algo más en la gente.


No sé, de verdad, cómo se atreven a decir tal cantidad de mentiras y falsedades. Bueno sí, porque creen que somos como ellos y estamos dormidos, pero no oigan, que hay mucha gente que no duerme siesta y está bien despierta por la cuenta que le tiene. ¿Desde cuándo esta empresa, «la mía, la suya», se preocupa y se dedica a difundir temas importantes que redunden en la adquisición de cultura y cosas válidas y positivas para los ciudadanos? Debe ser nuevo. Echemos un vistazo a la programación y comprobaremos que ésta, como la mayoría de las televisiones regionales, está hecha para ser la voz de su amo y son un cajón donde caben múltiples cosas y nos cuesta un pastón a todos. Y, como he dicho en más de una ocasión, sin preguntarnos si nos gustan.

Que se sepa, lo único que han cambiado ha sido el logotipo de la televisión regional. La mentalidad de los rectores, la creatividad, la calidad, creo que aún está muy lejos de conseguirlo. Y ojo que dispone de excelentes profesionales, pero les han encorsetado en unos clichés incómodos y difíciles de soportar.

Cuando los rectores de este nuevo CMM se crean que tienen en sus manos un servicio público, hecho por y para el público, comenzará a cambiar algo el panorama. Pero, ¿quién se cree y apuesta por esto? Pues ya va siendo hora. Ni éste ni el anterior Gobierno regional están interesados en el cambio. En todo caso, podíamos estar ante un cambiazo dadas las circunstancias y características de aquél. En fin, la competencia que no tiemble, pues todo continuará igual».

Carlos Martín-Fuertes. Toledo.

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