Casi un centenar de palés repletos de comida, ropa y productos de primera necesidad se acumulan en los almacenes que un grupo de ucranianos residentes en Albacete tienen en la calle José Echegaray de la capital. La huelga indefinida del sector del transporte por carretera ha hecho que estos voluntarios no encuentren ni chóferes ni tráileres para enviar todo este material a la frontera con Ucrania.
«Nos está siendo más fácil encontrar financiación que transportistas«, lamenta Marta Kryvetska, integrante del colectivo.
Según explica Marta, el último envío que pudieron realizar fue el lunes 7 de marzo. Desde entonces, A.M.P.A.S., empresas, asociaciones, clubes y voluntarios no han parado de seguir llevando productos a los que, casi dos semanas después, no han podido dar salida.
«Tenemos los almacenes llenos, los vecinos y la gente siguen trayendo cosas y no sale nada, lo tenemos todo preparado y coordinado, con toda la documentación en orden y la mercancía lista para salir hacia la frontera, pero no tenemos cómo llevarla«.
Necesitan tres camiones con conductor y financiación
Para transportar todo el material ya contarían con un camión financiado y un segundo vehículo cubierto al 50 por ciento, pero, aún así, desde la asociación insisten en que, para fletar toda la ayuda recabada, necesitan tres tráileres más.
«Ha sido un goteo continuo de donaciones y hemos acumulado mucho material, nos faltan tres camiones y tres camioneros para poder llevarlo».
Con la ayuda que no consigan llevar crearán un «mini banco de alimentos» para disponer de productos cuando los refugiados lleguen a Albacete. «Van a venir muchas madres con bebes y niños, son personas que vienen sin nada, así que queremos tener comida y ropa para esas primeras semanas».
Los albaceteños se vuelcan con la acogida de refugiados
Kryvetska ha querido agradecer a toda la sociedad albaceteña su solidaridad, que ha permitido crear un listado con viviendas y habitaciones disponibles para la acogida de refugiados, que llevarán a cabo en colaboración con la Embajada y la asociación Juntos por Ucrania.
«Hemos hecho una lista para reunir todas las posibilidades de vivienda que van a tener las familias cuando vengan, hay habitaciones en casas compartidas y pisos completos, cada vecino ha ofrecido lo que puede. Estamos muy agradecidos, no esperábamos una respuesta tan masiva«, concluye.