«Querida mamá,
Quiero escribirte para contarte lo que hemos vivido estos días. Te sentirías muy especial si vieras la cantidad de gente que ha ido a despedirte. Me han dicho cosas preciosas de ti. Que eres una persona cariñosa, agradable, que siempre estás atenta de los detalles y sobre todo que eres muy buena persona. No sabes la alegría que da en esos momentos difíciles escuchar esas palabras.
Tu vida no fue fácil nunca. No puedo imaginar lo que fue con 27 años tener 4 hijos varones y un marido. Seguro que no te lo hemos puesto fácil nunca. Pero aun así, siempre estuviste detrás, como pegamento de tu familia.
Si hubieras visto a tu marido hablando de ti, no te lo hubieras creído. Con los ojos cristalinos ha presumido de vuestros 48 años casados, de que nunca te faltó detalle con él. Está muy tristón, pero te prometo que cuidaremos de él.
Te hubiera encantado ver a tus hijos pequeños con una gran entereza, organizando todo. Creo que son maravillosos aunque no lo saben. ¡Habéis hecho un gran trabajo con ellos! Hemos pensado mucho en Julio, que allí tan lejos tiene que estar pasándolo fatal, sin poder estar junto a la familia. Cuando vuelvan en mayo haremos algo en nuestro rincón exquisito para recordarte, aunque eso lo haremos cada día.
Y yo, tu hijo favorito, sacaré fuerzas una vez más.
Estoy flojo, pero sabes que Mónica, Iván y Jimena no me dejaran caer. Me he sentido muy arropado por familia, amigos y por la gente de La Roda. No veas la cantidad de kilómetros que ha hecho mucha gente para estar a nuestro lado. Mi móvil está desbordado y será imposible responder a tanto cariño. Es algo alucinante y que no sé cómo lo devolveré. Te confieso, que aunque estuve el último día contigo, que ayer entré a verte en tu camita eterna, con el día que me quedo en el recuerdo, es con el día que viniste al Senado a verme intervenir en la tribuna. Ese día, aunque no me lo dijiste, noté en tus ojos que estabas orgullosa de mí. Hemos vivido momentos inolvidables, ¿verdad?
Ahora, como dice nuestra Inma, miraré a mi Mami Estrella cada vez que me pase algo bonito. Estamos juntos en mi casa con tu hermano Chema, tu cuñada Merche, (a la que tanto quieres); tus sobrinos, Alicia y Sergio, y hemos compartido anécdotas, lágrimas y risas.
¡Tenemos que vernos más!
Mamá, tus nietos son los que más nos están sorprendiendo. Iván y Jimena lloran de vez en cuando, pero son muy maduros y nos están dando una lección. El día cuando recibimos la llamada y se lo contamos, cuidaban de mí ellos, cuando lo normal es lo contrario. Aprendemos cada día de ellos. Nicolás todavía es muy pequeño y no es consciente que no te volverá a ver. Aunque creo que nosotros, los mayores, creo que tampoco. Será difícil para los 3 llegar y ver que no está su abuela Rosa. Pero te confieso una cosa, los 3 te quieren con locura. Puedes estar bien orgullosa.
Rosa quizá es la primera vez que entiendo ese dicho que dice “solo valoras lo que tienes, cuando lo pierdes “, tiene tanta razón… Eso es lo que más me echo en cara yo, no haber valorado más lo que has hecho por nosotros. Me hubiera gustado haber pasado más tiempo contigo, haber sido más cariñoso contigo, y sobre todo haberte dicho mucho más TE QUIERO. Tarde me doy cuenta y no me lo podré perdonar. Que lastima ser tan despegados dentro de casa y tan cariñosos fuera. ¡Perdóname!
Ahora tienes una última tarea, ¡no sueltes mi cuerda! Porque ahora el que tiene miedo de no poder seguir soy yo.
Rosa, mamá, no te olvidaremos, gracias por formar esta familia y ojalá algún día cuando nos toque ir contigo digan lo mismo de nosotros que de ti.
¡Vuela alto y descansa en paz!»
Juan Ramón Amores, alcalde de La Roda.