La población de palomas en el núcleo urbano de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) ha descendido en torno a un 40 por 100 en los últimos dos años. Así lo ha asegurado este jueves el alcalde, Diego Ortega, quien ha visitado la Plaza de Santa Quiteria, uno de los lugares más afectados, junto a Juan Agenjo, trabajador de la empresa Juan Falcón, encargada de esta labor de control.
En concreto, según ha indicado, cada mes se vienen capturando entre 900 y 1.000 ejemplares, de los que se hace cargo dicha empresa, mediante la colocación de jaulas multicaptura en los edificios altos de las zonas en las que es más problemática la plaga de palomas, como el entorno de Santa Quiteria, Santa María y San Francisco, además de la Rondilla de la Cruz Verde. Estas jaulas, que no hacen daño alguno a las aves, consisten en un sistema que hace que las palomas entren buscando comida y no puedan volver a salir.
Por otro lado, la empresa realiza continuos vuelos controlados de águilas Harris, que son las que se utilizan en los aeropuertos para mantener a las aves alejadas de las pistas de aterrizaje. Las águilas son depredadores para las palomas, por lo que éstas se asustan al ver invadido su hábitat a diario y van poco a poco abandonando el centro de la ciudad para quedarse en el campo, que es donde habitualmente buscan el alimento.
Diego Ortega, que ha estado acompañado por el concejal de Sanidad y Consumo, Javier Jiménez, ha comentado que esta labor de control de las palomas es algo que se debe realizar de forma continua, ya que no se culmina en unos pocos meses, sino que ha de ser constante, ya que, además, las palomas se reproducen con bastante rapidez.
El alcalde alcazareño ha concluido indicando que se seguirá con esta labor, para la que se destina un presupuesto de unos 1.200 euros mensuales, hasta que la población de palomas se haya reducido a unas cantidades aceptables.