lunes, 25 de noviembre de 2024
Artículo de opinión 13/11/2013junio 12th, 2017

«Ser soldado nunca ha sido fácil: matar, morir. Ser soldado ocupante tampoco es fácil: lucha, mata, viola, sigue a tu líder. Eso sí, tiene algunas ventajas: el botín. No es el caso cuando ocupas un país empobrecido como Palestina. Hay poco que saquear que no sea la tierra misma. Y es difícil encontrar objetos de valor cuando una de tus misiones es echar abajo las viviendas del país ocupado, hay mucho escombro.

No debe ser fácil abandonar tu país par a ir a ocupar Palestina. Los palestinos son muy obstinados, muy intransigentes: se resisten a marcharse de su tierra. No es fácil ir a otro país a ocupar. Quizás es preferible sostener un Kalashnikov frente al mar Mediterráneo, bajo la sombra de un muro de ocupación de ocho metros de altura de hormigón, que hacerlo en la fría estepa rusa. Mejor bajo un olivo, que bajo el frío espeso que se sentía en los años posteriores al derrumbe de la Unión Soviética. Cuento esto porque más de un millón de ciudadanos exsoviéticos emigraron a Israel en la década pasada. Hay mucho que ocupar. No es fácil, pero para eso está la Fundación Keren Hayesod: «apadrina» un soldado, un soldado ocupante.


Entre las actividades de la fundación a la que pertenece el poderoso sr. Adelson está el programa NATIV. Este programa se dirige de forma especial a los inmigrantes llegados desde la ex Unión Soviética y es un «programa integral de estudios de Judaísmo, destinado a fortalecer el vínculo de nuevo inmigrantes-soldados con el estado de Israel y el legado judío». Como se puede ver en la web de la citada fundación, este «programa se lleva a cabo dentro del marco de Tzahal», ejército israelí, y se centra, entre otros aspectos, en el estudio del Judaísmo, historia del pueblo judío, del estado de Israel y el sionismo.

Los beneficiarios de la labor filantrópica de Adelson (el promotor de Eurovegas) y Cía son 1.000 soldados, nuevos inmigrantes. Por cierto, usted también puede participar con su donación, «apadrinamiento», de tal manera que «cada dólar que usted contribuya, facilitará el proceso de conversión para un nuevo inmigrante soldado, y le ayudará a integrarse en la sociedad israelí». El programa NATIV cuesta 1.350 dólares por soldado.

Gracias a esta fundación, los soldados ocupantes serán buenos israelíes, que para ellos consiste en ser unos buenos sionistas. Y para que disfruten, como buenos sionistas, de la tierra conquistada, la Fundación patrocina la restauración de los sitos de patrimonio nacional: «Este ambicioso proyecto tiene por propósito crear conciencia sobre la profunda conexión histórica y cultural entre el pueblo judío e Israel», varios de estos proyectos arqueológicos se desarrollan en territorio palestino, en los territorios ocupados. Adiós a la historia de Palestina: ha llegado Moisés.

Todo ello con la colaboración especial del primer ministro de Israel, con el que la Fundación colabora de forma directa a fin de alcanzar los objetivos estratégicos del estado ocupante de Israel. Por supuesto, también se atiende a pobres y ancianos, siempre, eso sí, que sean sionistas.

Por todo ello, no creo que el Ayuntamiento de Toledo debiera recibir a esta organización sionista que colabora en la ocupación de Palestina violando el derecho internacional, las resoluciones de Naciones Unidas y los derechos del pueblo palestino. Israel debe retirase de los territorios ocupados. Israel debe destruir el muro de ocho metros de altura que ha construido en territorio palestino y que ha sido declarado ilegal y contrario a derecho por el Tribunas Internacional de La Haya.

Toledo no es la ciudad de las tres culturas. Toledo es la ciudad de la cultura, la de la Escuela de Traductores, la que transmitió el saber de Oriente a Occidente, la que transmitió el saber y el conocimiento de antes de Dios. Desde esta ciudad, saludamos la reciente incorporación de Palestina como miembro de pleno derecho a la Unesco».

Aurelio San Emeterio Fernández es coordinador Local de Izquierda Unida en Toledo.

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