2019 ha sido un año «difícil» en cuanto a incendio forestales. Los reconocía el consejero de Desarrollo Sostenible, José Luis Escudero, puesto que este año se han calcinado 7.000 hectáreas y sobre todo ha sido duro por los tres grandes fuegos que han asolado distintos puntos de la geografía castellanomanchega, quemando el 63 por 100 de esas hectáreas afectadas.
Casi simultaneamente se produjeron dos de esos grandes incendios, el de Almorox y el de Toledo. El primero comenzó en la localidad toledana pero se extendió y afectó a más hectáreas en la Comunidad de Madrid, en concreto en Cadalso de los Vidrios, Cenicientos y Las Rozas de Puerto Real. En total se quemaron 3.300 hectáreas.
El día 28 de junio también se inició el mayor fuego que ha sufrido Toledo capital (vea aquí una fotogalería del incendio), fue en la urbanización Montesión y se quemaron 1.600 hectáreas. La causa del inicio del fuego habría estado en un motor de riego.
Poco después se produjo el tercer incendio devastador de este verano en la región. Fue en la provincia de Cuenca, iniciado en Barchín del Hoyo (vea aquí las imágenes de este incendio), y estuvo más de una semana sin control hasta afectar a más de 2.000 hectáreas.
En cuanto a las causas de los fuegos, entre el 1 de enero y el 30 de septiembre, 314 se han debido a negligencias, 287 han sido intencionados, 72 causados por un rayo, 19 han sido reproducciones de incendios y 130 por causas aún desconocidas.
Las DANA, Elsa y Fabien…
Estragos también por los distintos fenómenos meteorológicos extremos que han afectado a la región. En primer lugar las gotas frías, una en agosto y otra en septiembre, que provocaron múltiples inundaciones y destrozos en diversos puntos de la geografía castellanomanchega.
La primera se produjo en a finales de agosto. Afectó a muchas localidades pero la peor parte se la llevaron las localidades toledanas de Borox y Seseña, donde una tremenda riada provocó grandes destrozos. También en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real), donde cayeron granizos del tamaño de pelotas de tenis y generaron importantes destrozos en los cultivos de pimientos.
Las sobrecogedoras fotos de los daños por la gota fría en Castilla-La Mancha
A mediados de septiembre llegó otra depresión aislada en niveles altos (DANA). Afectó sobre todo al Levante español, pero también percutió con fuerza en varios municipios albaceteños, como Almansa y Caudete, lugares donde hubo impresionantes inundaciones, pero lo más grave fue que dos hermanos fueron encontradas sin vida después de que el vehículo en el que viajaban fuese arrastrado por la corriente.
La llegada de esa gota fría también afectó de manera importante a Mora (Toledo). Estaban en plenas fiestas patronales y muchas calles del pueblo se inundaron.
Pasadas las DANA, en octubre habría otra, pero esta vez sin tantos destrozos, llegó la época de las borrascas y la conjugación de dos de ellas dejó las últimas inundaciones y destrozos en la región. Fueron Elsa y Fabien y originaron casi 700 incidencias en Castilla-La Mancha.
Fueron varios días de fuertes vientos con importantes precipitaciones que provocaron caídas de árboles, de tendidos eléctricos, inundaciones… Uno de los incidentes más llamativos y peligrosos se produjo en Toledo, donde la caída de un árbol (vea las imágenes) cuando había una aglomeración importante de gente dejó tres heridos leves.