sábado, 23 de noviembre de 2024
Artículo de opinión 06/09/2015junio 8th, 2017

«Que Castilla- La Mancha es un desierto de empleo para cientos de miles de castellanomanchegos/as es una evidencia dogmatizada en el concilio de las cifras y la realidad que a estas alturas no puede negar nadie, por muy lejos que los dioses vivan de la calle. Hay pocos brotes verdes, hay herencias recibidas de distintos Gobiernos pagadas por tod@s y la travesía por el erial está siendo dramática para demasiadas familias que poca o ninguna responsabilidad tienen en el tsunami económico que asoló la región.

Con este panorama ante los ojos de quienes atravesamos el desierto, como ciudadanos exiliados del país del trabajo, y como guardianes y guías cuando trabajamos como orientadores laborales o expertos en empleo, solo nos queda afinar la brújula par encontrar oasis o rezar y alzar la voz al Gobierno para que nos devuelva la lluvia de nuestro sudor y que brote así la cosecha que plantamos en la tierra, que corran los manantiales por los lechos del empleo y que nuestros ciervos del emprendimiento vuelvan a ver convertidas las dunas en monte.


Pero el dios Gobierno cambia de manos y de palabras, pero no de hechos. El anterior despidió a los guías pero incrementó el gasto de agua en los yates de magnates a los que poco o nada importaba lo que aquí estaba pasando. Y este Gobierno solo recorta este trasvase de agua a depósitos escogidos por su sacro dedo en un 10%, y no quiere volver a contratar a los guías que en su día demostraron mediante concurso al pueblo ser los mejores conocedores de los senderos ocultos tras la arena hacia el empleo. En lo que sí hará caer el agua es en granizada cuyos pedruscos darán a unos pero no a otros, sin dirección ni objeto, y que tras ser estanque será absorvida como rocío de la aurora por un suelo para el que el chaparrón de un día no aplaca esta sed de ocho años.

El pueblo castellanomanchego votó contra la sequía pero no a favor del granizo. El pueblo sabe bien de los vaivenes de los dioses, y aprendió hace miles de años a cultivar y sacar la semilla a esta yerma tierra. Diferencia entre la cálida lluvia constante, estacional y oportuna que beneficia la siembra de los espectaculares juegos de rayos y relámpagos preelectorales que vacían las nubes que ascendieron desde nuestros ríos. El pueblo tiene la memoria de sus pasos, y si hay algo que repudia por encima de la sequía, es caminar en círculo y no tener horizonte ni rumbo».

José Carlos Segundo Bravo es presidente de la Asociación Regional de Orientadores Laborales

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