Debutante en la Portavozcía del Grupo Popular en las Cortes de Castilla-La Mancha, Francisco Cañizares es novato en el puesto, pero el oficio le viene de estirpe, ya que su padre fue uno de los portavoces más recordados del PP en el parlamento regional. Quizá por eso lo suyo ha sido llegar y besar el santo.
Ni más ni menos que Leandro Esteban, Ana Guarinos o Carmen Riolobos le antecedieron en el puesto, lo que da idea de la dificultad de su tarea -las comparaciones serán odiosas-, pero también de la confianza depositada en él.
Moderado, ágil, es una de las promesas de la política regional «popular» tras fajarse políticamente en el Ayuntamiento de Ciudad Real, la provincia donde estaba «todo el poder de la Junta», «el ojo del huracán» o donde operaba «el núcleo duro del PSOE», como describe en la entrevista que publicaremos el lunes en encastillalamancha.es y de la que les adelantamos algunos contenidos.
Prácticamente recién llegado a la corte de la política castellano-manchega que es Toledo, Francisco Cañizares se reserva aún la opinión sobre personajes a los que todavía no ha tratado en profundidad. De María Dolores de Cospedal dice que pudo irse y triunfar en la política nacional; de Vicente Tirado que no se entenderá sin él la historia del PP de la región; y entre José Bono y José María Barreda se queda con el primero, a quien adjudica luces y sombras, pero le reconoce una gran capacidad política.
Nadie podía imaginar en Ciudad Real que mientras los vecinos paseaban tranquilamente, uno o varios personajes de una organización criminal internacional y relacionada con el tráfico de drogas se habían mezclado entre ellos, interesados en comprar el tristemente famoso aeropuerto. Francisco Cañizares reconoce que desde el principio se veía venir que la intervención de la Junta y el PSOE en el negocio, junto al perfil de determinados inversores, no auguraban nada bueno, aunque la sociedad civil calló algunos excesos mientras mantuvo la esperanza de un final feliz para un proyecto que veían como la gallina de los huevos de oro.
El portavoz «popular» cuenta en la entrevista que publicamos mañana en encastillalamancha.es que los gestores del aeropuerto llamaban diariamente a «la Junta o al PSOE para preguntar lo que había que hacer».
Habla también Cañizares de la ley electoral en la que ya está trabajando el Grupo Popular y a la que, asegura, el PSOE no «podrá» negar su apoyo.
Reconoce que la fusión de las cajas que quedan en Castilla-La Mancha es un tema a abordar en un escenario de concentración y uniones financieras. Pero también destaca lo bien gestionadas que están Caja Rural Castilla-La Mancha y Globalcaja.
Y dice que en la Cámara se distinguen claramente dos «psoes». Uno, el que aún está en la cúpula y procede de los principales gobernantes del desastre de gestión que encabezó Barreda; otro, que «quiere cambiar el rumbo a esto».
El lunes, la entrevista íntegra.