La despoblación es la acción y efecto de despoblar o despoblarse. Y fíjense, de los más de 900 municipios que forman la región de Castilla-La Mancha, 523 están en riesgo extremo de despoblación. Este equipo de encastillalamancha.es ha querido pasar un día en un pueblo de la provincia de Toledo que bien podría unirse a la denominada «España vaciada». Hoy, en esta información, hablamos de Hontanar. Lo hacemos gracias a cinco testimonios fidedignos que llevan toda la vida en la localidad o que por cuestiones personales o laborales han decidido emigrar de las grandes urbes para llegar hasta un lugar despoblado, silencioso y mágico como es Hontanar.
Esta localidad está situada en el centro del país y pertenece a Los Montes de Toledo. Estos, separan la cuenca del Tajo de la del Guadiana y guardan un entorno privilegiado. Lo forman más de 70.000 habitantes y constituye un corredor ambiental que une La Mancha con Portugal. Su clima, fauna y flora, son un atractivo para miles de turistas, pero estos suelen acudir a este entorno de excursión y pocos son los que se quedan a vivir.
Más de una treintena de municipios conforman esta cordillera, pero en este artículo hablaremos de uno en concreto, que además es uno de los nueve pueblos a los que pertenece el Parque Nacional de Cabañeros.
Historia de Hontanar
Esta pequeña localidad se fundó a mediados del siglo XIV, cuando la despoblación del antiquísimo lugar de Malamoneda, abandonada por insalubre, motivó su creación en un paraje más saludable. Desapareció a consecuencia de una enfermedad mortal, el paludismo, causado por parásitos que se transmiten al ser humano por una picadura de mosquitos.
Hontanar en 2021
Siete siglos después, esta localidad tiene censados a 136 habitantes – según datos del INE 2020- y aunque nunca ha sido muy grande, el pueblo ha ido decreciendo en habitantes y en servicios.
Un martes cualquiera, el equipo decidió visitar el pequeño municipio. Ese día percibió una localidad que bien podría incluirse en la denominada “España vaciada”. Calles preciosas, pero silenciosas. Una Iglesia imponente, pero vacía. Buen clima y aire puro. Sus pocos habitantes son, en su mayoría, jubilados, pero felices.
El acalde actual es Juan Manuel Muñoz, hijo de otro anterior alcalde, Félix Muñoz. Un apasionado de Hontanar que nunca ha valorado la opción de abandonarlo. Un hombre sencillo y humilde al que más adelante conocerán.
El día a día en Hontanar
El día a día en Hontanar es tranquilo. Los lunes -cuentan los vecinos- son días tristes. Los dos bares que hay en el pueblo, descansan. Estos servicios son la vía de escape de los vecinos. Los martes, en general, son días entretenidos. Un autobús gratuito llega a las 10 de la mañana a la Plaza del Ayuntamiento, es entonces, cuando los hontanariegos y hontanariegas se suben al vehículo para bajar al municipio de Navahermosa, allí es día de mercado.
Tienen dos horas para hacer la compra de la semana: alimentos, productos e incluso nuevos outfits para combatir el invierno en Hontanar, y si se les olvida comprar algo, tienen que volver a bajar a Navahermosa con sus propios medios, pues en Hontanar no hay ninguna tienda. A las doce, vuelta al pueblo para poner el puchero a punto.
Los miércoles, les podríamos denominar, “miércoles sanitarios”. Un médico acude al municipio para dar cobertura a sus vecinos. En caso de una urgencia, el miércoles o cualquier otro día, tienen que bajar a Navahermosa o a Toledo.
El resto de la semana son días de paseos, de «salir a por el pan», ya que un panadero de Navahermosa sube todos los días con su furgoneta. Son días de encuentros en el Centro de Día (uno de los dos bares) y de visitas de familiares y amigos que se alejan de las grandes urbes para respirar aire fresco y desconectar.
Muchos de ellos, se alojan en sus casas del pueblo o en casas de familiares, pero otros acuden a las Casas Rurales del municipio, que más adelante también conocerán. El turismo y las casas rurales, según palabras del alcalde, son las que mantienen el municipio activo, al menos los fines de semana. En verano es otra historia, porque la población se triplica.
Félix lo sabe todo sobre el pueblo
Antes de la Guerra Civil española, la torre de Malamoneda y Hontanar, albergaron cerca de 400 personas. Ahora, la población ha disminuido a poco más de una centena de habitantes. Fuente fidedigna es Félix, nacido en el año 1938, ha vivido el antes y el después de la localidad. De hecho, nació en Malamoneda, pero al desaparecer tuvo que mudarse a Hontanar.
Hace cincuenta años apostó por instalar agua corriente en su pueblo y el mismo trabajó con el caudillo para ello. También fue alcalde de Hontanar durante años. Nos cuenta que la localidad ha cambiado mucho, antes sí había alguna pequeña tienda e iban a sus “bailes”, ahora dependen de Navahermosa para prácticamente todo, aunque a él, le hacen falta pocas cosas.
Es jubilado, tiene 83 años y su pequeño ganado le devuelve la vida. Todas las mañanas y tardes, acude a su pequeña finca donde tiene una veintena de cabras, gallinas, gatos y perros. Después, suele acudir al Centro de día, ahí se encuentra con sus vecinos y amigos. Su hijo, el aguacil, el camarero o el teniente alcalde, por ejemplo.
Le preguntamos por su mejor recuerdo en el pueblo y responde -bien orgulloso- que el mejor recuerdo es haber podido disfrutar de la vida, la misma que espera seguir saboreando hasta dentro de mucho. Un testimonio con mucho valor, lleno de experiencias y por ello, también, de sabiduría.
Se mudaron en busca de tranquilidad
Laura y Gema son las promotoras de «Tarentola eco-experiencia«. Hace quince años que conocieron Hontanar gracias a un amigo y desde entonces no han podido irse de aquí. Tras pasar una larga temporada disfrutando de la localidad y de su entorno, decidieron formarse en fauna y flora para así crear en el año 2017 la empresa de Tarentola. Ellas ofrecen a los turistas diversas actividades por todo el entorno, no solo en Hontanar, para poder disfrutar al máximo de su escapada.
Ofrecen rutas guiadas, talleres micológicos, observación astronómica… Nos cuentan que la mayoría de visitantes proceden de Madrid y que muchos de ellos vuelven con el paso del tiempo para volver a disfrutar del paisaje que les enamoró en su primera excursión. Reconocen que en Hontanar faltan servicios, pero sin embargo hay otras muchas ventajas que no se pueden pagar con dinero.
Los alojamientos: revulsivo económico para Hontanar
Dice Carlos Chamizo, director de «El refugio de Cristal» que sus alojamientos logran alcanzar una ocupación media anual del 95%. Sabiendo esto, sobra decir que los alojamientos en Hontanar suponen un gran revulsivo económico y vital. Además, los negocios de la localidad intentan beneficiarse en conjunto. Por ejemplo, Carlos, en una de sus tarifas ofrece una visita a la fábrica de quesos de Hontanar, Quesería «Sierra de Hontanar».
Él también se mudó buscando paz y tranquilidad, de hecho considera que la soledad es enriquecedora. Creció en Leganés, pero quiso alejarse del estrés y las prisas. La vorágine de las grandes ciudades solo la aman unos pocos, y entre ellos, no está Carlos. Por eso, decidió emigrar hasta los Montes de Toledo acompañado de su mujer. Asegura que hay pocos servicios y que Internet es un gran problema en la zona, pero sin embargo, en la balanza ganan las ventajas que tiene el estar aquí.
Cinco testimonios de diferentes generaciones que han encontrado en Hontanar el lugar perfecto para disfrutar su vida. Y tú, ¿eres más de grandes ciudades o de pequeños municipios? En esta información seguro que has incluido las ventajas y desventajas en una balanza…
Fotos: en el corazón de Hontanar, el pueblo de Toledo que respira pese a la despoblación
El especial «Planeta Rural» cuenta historias y ofrece soluciones a este problema de la despoblación, un especial que cuenta con la colaboración de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.