La Audiencia Provincial de Toledo ha condenado a cinco años de cárcel al joven militar Diego V.G., de 21 años, residente en Seseña (Toledo), por «pinchar» en el cuello a su ex novia con un cuchillo reglamentario del Ejército en abril de 2011.
Según la sentencia hecha pública por la sección segunda de la Audiencia de Toledo, el acusado, experto en artes marciales y en juegos de rol, no tenía intención de matar a su antigua pareja, K.L.V., de 21 años, por lo que le condena por un delito de lesiones con arma blanca y alevosía y con la agravante de parentesco.
También se le condena a no comunicarse con la joven durante siete años y a mantenerse alejado al menos a medio kilómetro de su ex pareja, a la que deberá indemnizar con más de 31.000 euros por la decena de lesiones que le causó y las secuelas.
La fiscalía consideró, en cambio, que los hechos que fueron juzgados a finales de noviembre en la Audiencia Provincial constituían un delito de intento de asesinato y solicitó 10 años de cárcel, pena que la acusación particular elevó a quince.
En la sentencia, el tribunal explica que el acusado no trató de acabar con al vida de la chica, debido entre otros motivos, a que los «pinchazos» que le dio en el cuello eran de poca intensidad y no penetraron en zonas vitales, por lo que su vida no corrió riesgo.
Los hechos ocurrieron durante la tarde-noche de abril de 2011, cuando el joven se citó con K.L.V., domiciliada también en Seseña y con la que hasta el mes de febrero había mantenido una relación sentimental de cuatro años, en un parque de la localidad madrileña de San Martín de la Vega.
Allí, dentro del coche, el hombre le dijo a su exnovia que quería reanudar la relación, y ante la negativa de ella, se empezó a poner nervioso y le ofreció regalos a cambio de seguir viéndose.
Cuando K.L.V. le volvió a decir que no, el joven sacó una navaja que llevaba en el maletero y empezaron a discutir.
Puso el coche en marcha y, aprovechando que la chica estaba llorando y mirando por la ventanilla, cogió la navaja que había dejado en el bolsillo y le dio tres «pinchazos» en el cuello, «perdiendo el chico el control del vehículo» y chocar contra el quitamiedos de la vía.
En este apartado, del choque del vehículo, tanto la fiscalía como la acusación particular entendieron que Diego hizo chocar el vehículo con la intención de acabar con la vida de la joven, lo que no contempla así el tribunal.
Tras esto la joven salió del coche y pidió ayuda a los automovilistas que circulaban por allí en ese momento y fue socorrida por el conductor de un autobús mientras que Diego la seguía diciéndole «perdón cariño», aunque el conductor del autobús no dejó al chico que se acercara.