La nueva campaña de la Política Agraria Común (PAC) comienza oficialmente este sábado, 1 de febrero, con la apertura del plazo para solicitar las ayudas de 2025.
Los agricultores y los ganaderos pueden presentar hasta, en principio, el 30 de abril la llamada solicitud única para pedir las correspondientes ayudas, para las que España -tercer país receptor de la PAC por detrás de Francia y Alemania- cuenta con unos 5.000 millones de euros anuales.
Entre 630.000 y 650.000 productores se benefician potencialmente de los fondos de la PAC en España entre el primer pilar, de pagos directos, y el segundo pilar al desarrollo rural, pero el plazo que se abre este sábado corresponde a los primeros.
Las ayudas de la nueva campaña se abonarán en diciembre, pero si España pide anticipo su pago podrá comenzar en octubre.
Este es el tercer año que se aplica la reglamentación de la reforma de la PAC actualmente vigente; un momento en que empiezan la legislatura comunitaria y los debates sobre el futuro de esta política y de marco financiero post 2027.
Novedades de la PAC 2025
En Castilla-La Mancha, el Gobierno regional publicó el viernes en el Diario Oficial la orden que regula la solicitud unificada de la PAC con la principal novedad de que “se incorporarán todas las medidas que hemos ido aprobando en el último año”, destacó el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Julián Martínez Lizán.
Desde los servicios técnicos de Cooperativas Agroalimentarias en Castilla-La Mancha, Nuria Villanueva explica a Efeagro que algunas flexibilidades se aplicaron ya puntualmente, pero ahora ya están recogidas e integradas en la normativa de la PAC.
Los agricultores deben conocer dos tipos de novedades: las que afectan a la condicionalidad reforzada -exigencias obligatorias ambientales- y las relativas a los ecorregímenes, según las notas informativas del Gobierno central y de las comunidades autónomas manejadas por los tramitadores.
Ecorregímenes y condicionalidad
Dentro de la PAC, los ecorregímenes son ayudas a los agricultores que voluntariamente eligen determinadas prácticas en el sector del medioambiente.
En el caso de la condicionalidad o las obligaciones de buenas condiciones agrícolas y ambientales (Bcam) hay nuevos requisitos relativos a la rotación, a la labranza en pendiente o a tratamientos en barbechos.
Por ejemplo, en zonas áridas se rebaja la proporción de leguminosas en esa rotación porque allí es más difícil encontrar semillas, muchos años no se pueden cosechar por la sequía y falta simiente después, detalla Villanueva.
Dentro de los ecorregímenes, cambian los porcentajes de «elementos de biodiversidad» como florecillas y su ubicación en las parcelas; en cuanto a la práctica de cubierta vegetal para cultivos leñosos hay flexibilidades en los requisitos para los secanos en plazos, en el manejo o en la aplicación muy puntual de herbicidas.
Pros y contras
Villanueva ha apuntado que la nueva regulación de la PAC puede tener efectos positivos y aumentar la acogida de acciones ambientales de los ecorregímenes como la cubierta vegetal, en terrenos como los de Castilla-La Mancha, donde la adhesión ha sido del 21 % de los solicitantes con cultivo leñoso.
A su juicio, también genera esperanza en que en los territorios áridos y de secano los productores «se apunten» a esas buenas prácticas verdes.
Sin embargo, ha afirmado que la PAC sigue siendo demasiado burocrática para los agricultores y para los tramitadores de ayudas y ha pedido que la Administración dé las aclaraciones oportunas.
«El tramitador debe conocer múltiples normativas y no todo está escrito en ellas; es un oficio con bastante riesgo y preocupación y estamos muy lejos de que la PAC esté simplificada», ha remarcado Villanueva.