En pleno Campo de Calatrava, en su infinito horizonte de volcanes dormidos, se encuentra uno de los rincones más peculiares de la historia de la península ibérica: el yacimiento de Oreto y Zuqueca, enclavado en la localidad ciudadrealeña de Granátula de Calatrava. Este enclave arqueológico, todavía desconocido para el turista, guarda el legado de civilizaciones que dejaron huella en nuestro territorio.
El yacimiento, que debe su nombre a la ciudad íbera de Oreto y a la población islámica posterior de Zuqueca, muestra un legado que va desde los íberos y romanos hasta visigodos y musulmanes.
Destacan las ruinas de la basílica paleocristiana, cuya arquitectura refleja la transición hacia el cristianismo en época visigoda, y los vestigios de una calzada romana que conectaba el sur peninsular con el centro de lo que hoy conocemos como España.
Sin embargo, este tesoro arqueológico no solo es historia; es también una puerta abierta al turismo cultural y natural. Granátula de Calatrava se sitúa en una región única, marcada por sus paisajes volcánicos y su cercanía a otros destinos emblemáticos como Almagro o el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, teniendo el potencial de convertirse en un foco de atracción para visitantes interesados en la riqueza patrimonial de La Mancha.
Yacimiento descubierto gracias a la construcción de un pantano
La construcción del embalse de la Vega del Jabalón en 1991 situó el nivel de la ermita por debajo de la cota de llenado del embalse en esa margen meridional del río Jabalón. Esta circunstancia hizo necesaria la realización de obras hidráulicas que posibilitaron el descubrimiento de una necrópolis romano-goda, con el consiguiente inicio de las excavaciones en un área total de 6.034 m2.
Imagen del yacimiento y del embalse
Tras esta primera fase de excavaciones, en 1996 tuvo lugar una segunda excavación en la zona más llana próxima al lecho del río Jabalón, que alberga la ermita y sus áreas circundantes. Fue una excavación de urgencia ante la necesidad de un sistema de drenaje que salvaguardase al templo de las crecidas procedentes del cercano río Jabalón y su embalse.
Gracias a ésta, salieron a la luz restos tardo-romanos y sobre todo parte de una importante necrópolis visigoda, dando lugar a posteriores excavaciones.
Desde el año 2018, un nuevo equipo científico, por encargo del propio Ayuntamiento de Granátula de Calatrava se hizo cargo de las excavaciones. Como resultado de las mismas, se detectaron nuevas estructuras bajo, junto y alrededor del edificio de la ermita. De modo que, en la actualidad las estructuras eclesiásticas y funerarias, han ampliado su número.
Un enclave para descubrir
Conocer Oreto y Zuqueca no es solo una lección de historia; es una experiencia que combina el turismo arqueológico con la tranquilidad de un entorno rural lleno de lugares cercanos por descubrir.
La visita a este yacimiento arqueológico es una oportunidad única para disfrutar de la rica gastronomía que caracteriza a esta zona de la provincia de Ciudad Real.
Vista aérea de Oreto y Zuqueca
