En la actualidad, Castilla-La Mancha tiene 1.623 plazas ocupadas por migrantes, de las casi 43.000 plazas de acogida ocupadas por migrantes en el conjunto del país, lo que supone el 6% de los migrantes que llegan a España en un año. De ellas, el 70%, cerca de 30.000, han entrado por Canarias.
Estas cifras se han ido incrementando en las últimas semanas con la llegada de miles de personas por estas costas insulares y ante esta situación “complicada” que se está viviendo hemos hablado con Braulio Carlés, responsable regional de Accem, una de las figuras que mejore conoce la realidad de este problema social.
Llegada continuada de migrantes a CLM: 200 plazas que irán llenándose
De las más de 1.500 plazas con las que se cuenta en la región, se encuentran las 200 plazas con las que cuenta esta entidad en Castilla-La Mancha. Pese a este incremento de acogidas, Cárles nos cuenta que se está viviendo con tranquilidad y con el mismo procedimiento, sin olvidar que sea con «la mayor agilidad posible» en su integración: «Hay que darles un lugar de acogida digno y puedan ser un ciudadano más«, afirmaba.
Desde la pasada semana, ciudades como Guadalajara acogía a más de 45 personas procedentes de las costas canarias. Esta semana han comenzado a llegar al resto de provincias de Castilla-La Mancha, hasta completar las plazas disponibles. Plazas que, tal y como explica Braulio, seguirán llenándose conforme los migrantes vayan encontrando otro destino.
Sin embargo, este problema no tiene una solución a corto plazo, su perspectiva es que la llegada de migrantes por las costas sea continuada. «La gente tiene que llegar como sea a buscar una vida más digna, si se mueren de hambre y mueren por conflictos y puede salir de ese infierno, van a salir, nos toca a nosotros trabajar en buscar un destino».
Jóvenes que buscan un futuro: «No hay ideologías, hay que tratarlos como personas»
Desde esta asociación dedicada a la atención de personas refugiadas y migrantes, piden «mucho diálogo» entre las todas administraciones, sean «del signo que sean». A su entender, hay que «dejar de escuchar mensajes absurdos de rechazo» y trabajar en una misma dirección, la de la «humanización».
Como nos explica, el perfil de los migrantes recién llegados a la Castilla-La Mancha son personas procedentes de África, jóvenes de entre 18 y 40 años, que huyen porque en su país no tienen ni sanidad ni educación, y buscan un futuro.
Para Braulio, la inmigración debería estar por encima de las ideologías, los partidos y los populismos. Y en este sentido, ha lamentado que ante la llegada de ucranianos por el conflicto bélico, «nadie se atrevió a hacer una crítica», algo que ahora sí está ocurriendo. Por ello, cree que hay que «prescindir de ideologías y tratarlos como lo que son, personas».
En este sentido, ha solicitado que las administraciones se dejen ayudar por las entidades sociales, las que son las verdaderas conocedoras de este problema: «Los años de trabajo nos avalan, lo demás es populismo, por el que deberíamos sentir vergüenza».
Por ello, insiste en ser «humanos y humildes» para aceptar el conocimiento del que sabe, para encontrar una solución entre todos y dar la mejor respuesta posible.