sábado, 23 de noviembre de 2024
21/03/2012junio 13th, 2017

«Tras pasar por Estambul, hemos llegado a Taskent, la capital de Uzbekistán, donde hemos tomado otro vuelo hacia Nukus … ya estamos más cerca de Moinak y del mar de Aral, solo nos quedan seis horas en el remolque de un camión a granel con las bicicletas». Así comienza la primera crónica del proyecto Biciaventura Solidaria que ya ha comenzado y cuyos integrantes, algunos de ellos toledanos, recorrerán más de 2.000 kilómetros en Uzbekistán, Turkemistán y Tayikistán, en la denominada Ruta de la Seda. 

Antonio Henales, uno de los organizadores, cuenta que si algo les ha sorprendido nada más introducirse en la ciudad es la falta de tráfico, «prácticamente no hay vehículos y los pocos que hay son pequeños y espartanos». «Otra de las cosas que son espectaculares es que no hay ruidos, por no escuchar no se escuchan ni pájaros, eso sí la temperatura al salir de España era de 20 grados y al aterrizar en Nukus nos encontramos a menos dos grados».


Los integrantes de este proyecto llegarán a Dusambé, capital de Tayikistán, donde está previsto construir con los fondos recaudados un hogar escuela que de acogida a niños de la calle.

Según han podido comprobar nada más llegar, «los controles de la policía son un tanto exagerados, tenemos que pasar revista al menos una vez cada tres días, vamos que tenemos que fichar en un hotel o puesto policial y el papel que nos dan llevarlo adjunto al pasaporte para entregarlo a la salida del país». «La verdad es que el primer golpe de efecto es muy positivo, es grande el contraste y muy diferente a priori a nuestro modo de vida europeo», concluía Henales.

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