El expresidente de las Cortes de CLM Antonio Marco (PSOE) ha salido al paso de lo ocurrido en la Comisión de Economía y Presupuestos y la polémica generada tras la expulsión de 10 diputados del PP:
A continuación, reproducimos íntegramente el artículo de opinión de quien dirigió las Cortes de CLM de 1999 a 2003:
«He dedicado la mayor parte de mi vida profesional a la política activa; la otra parte la dediqué a la enseñanza, siempre desde una profunda convicción democrática. Durante una legislatura, cuatro años, tuve el inmenso honor de ser presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha. Luego los años y la jubilación, que felizmente llegó, me apartaron, como es lógico, de la política de primera línea y de la pública y legítima confrontación partidista. Sigo viviendo la política con pasión, pero entendí que era llegado el momento de que los representantes oficiales del partido, en este caso el PSOE, fueran quienes hicieran visibles las propuestas políticas.
Es mi antigua condición de Presidente de las Cortes de CLM la que me mueve ahora a romper este largo silencio público, que no privado. He visto con estupor un vídeo en el que se ha grabado la sesión de la Comisión de Economía y Presupuestos de las Cortes de Castilla-La Mancha del viernes día 25 de Agosto. En esa Comisión el Presidente de la Cámara, respaldado por el Reglamento, asumió la presidencia de la Comisión y se vio obligado a expulsar a nueve diputados del Partido Popular. El comportamiento inadecuado de estos diputados le forzó a ello.
«Sencilla y llanamente un comportamiento antidemocrático del PP»
He leído en la prensa y en las redes sociales, que han atendido este hecho todo tipo de calificativos de este comportamiento: impresentable, vergonzoso, inaceptable, inadmisible, irrespetuoso, insultante… Son calificativos de lo visto que comparto, pero que en mi opinión no expresan toda la gravedad de lo sucedido, aunque encierren en sí el rechazo político y ético.
Me he tomado un ligero respiro, he inspirado aire profundamente tres veces y he procurado juzgar el hecho con frialdad, con racionalidad, sin el apasionamiento del militante partidista, que procuré evitar en mis años de presidencia de la Cámara castellanomanchega, seguramente con muchos errores y tal vez con algún acierto.
Creo que se trata sencilla y llanamente de un comportamiento antidemocrático, que corresponde a personas no democráticas. Es ni más ni menos que un comportamiento “no democrático”, que además no es meramente circunstancial, porque lleva tiempo siendo así.
No es democrático no admitir que un partido político puede pactar con otro partido distinto, llegar a acuerdos parlamentarios y sacar adelante propuestas legislativas que cada uno de ellos no puede aprobar en solitario. Lo hacen todos los partidos en todos los parlamentos del mundo; por supuesto lo hace el Partido Popular, incluso con partidos a los que con anterioridad había demonizado. Pues bien, estos diputados del Partido Popular de Castilla-La Mancha no aceptan la normalidad parlamentaria del reciente acuerdo PSOE-Podemos.
[ze_summary text=»No es democrático que diputados del Partido Popular en las Cortes de Castilla-La Mancha, hasta diez, no respeten el Reglamento, no acepten democráticamente que el Presidente de la Cámara presida una Comisión, insulten a diestro y siniestro»]No es democrático que diputados del Partido Popular en las Cortes de Castilla-La Mancha, hasta diez, no respeten el Reglamento, no acepten democráticamente que el Presidente de la Cámara presida una Comisión, insulten a diestro y siniestro[/ze_summary]No es democrático que, aprovechando la normalidad y práctica parlamentaria que suele conceder la Presidencia de la Comisión de Presupuestos, (ley esencial cada año en la vida de cualquier entidad de gobierno) a la oposición, lo aproveche ésta para obstaculizar el cumplimiento propio del fin de esta Comisión. Esto se llama en el argot políticoparlamentario “filibusterismo político” y esto es lo que vienen haciendo los diputados del PP desde hace algunas fechas en las Cortes de Castilla-La Mancha, utilizar y alargar todo tipo de intervenciones para obstruir el funcionamiento. Y es muy probable que muchos filibusteros, en su acepción más genuina y propia de “piratas del mar Caribe”, se hayan comportado en ocasiones con más honor y dignidad que lo que yo he visto en el video al que me refería al principio.
No es democrático que diputados del Partido Popular en las Cortes de Castilla-La Mancha, hasta diez, no respeten el Reglamento, no acepten democráticamente que el Presidente de la Cámara presida una Comisión, insulten a diestro y siniestro, no atiendan a la benévola y serena actitud del Presidente, hasta obligarle a suspender la Comisión para poder recuperar la normalidad parlamentaria.
¿Se puede pervertir más un sistema político?, se pregunta Marco
Y lo menos democrático de todo ello es que estos diputados, según he visionado y oído en el citado vídeo, acudan al argumento de que ellos han sido elegidos por los ciudadanos, de que se están vulnerando sus derechos y la representación que ostentan. ¿Creen de verdad que les eligieron los ciudadanos para comportarse de esta manera no democrática, que con toda seguridad les producirá el mismo estupor, sonrojo, vergüenza que a mí me ha producido?
Sin duda, algunos ciudadanos, pocos, compartirán y jalearán el comportamiento antidemocrático de estos diputados. Ya sabemos que en el Partido Popular han encontrado acomodo algunos ciudadanos que a estas alturas siguen rechazando la democracia como sistema político, pero estos son la excepción, la minoría autoritaria que el propio sistema democrático admite y no persigue, como ellos harían a la menor ocasión. ¿Se puede pervertir más un sistema político, el único que hace posible la paz social, que intentar justificar en la representación que democráticamente se ostenta la destrucción del propio sistema?
Ha sido el recuerdo de mis muchos años en las Cortes de CLM lo que me ha movido a publicar estas reflexiones, lejos, como es mi firme propósito, de la confrontación directa partidista, tan sólo con el objetivo de defender desde mi humilde posición la necesidad de la democracia y la dignidad de las instituciones que como las Cortes de Castilla-La Mancha la hacen posible.
Que el lector juzgue qué importancia tiene que, en un sistema democrático como el nuestro, algunos representantes parlamentarios de los ciudadanos no se comporten democráticamente. Para mí es la más importante falta social y cívica que hoy se pude cometer en una sociedad que quiere vivir en paz y armonía.
Desgraciadamente, desde la antigua Atenas que la inventó, la “democracia” siempre ha sido un bien débil, que permanentemente hay que defender de quienes no son demócratas con los instrumentos y métodos exclusivamente democráticos. En un país como el nuestro, con residuos todavía bien frescos de una dura y larga dictadura, es todavía más necesaria esta defensa».
Antonio Marco, presidente de las Cortes de CLM en la V Legislatura (1999-2003).