La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha ha confirmado el cierre de la Residencia Universitaria «María de Molina», de Cuenca, el próximo curso.
El delegado del Gobierno regional en Cuenca, Rogelio Pardo, ha señalado en rueda de prensa que el número de solicitudes recibidas hasta el momento es inferior al de plazas ofertadas en las cuatro residencias de Cuenca, y por tanto han decidido cerrar la más pequeña y antigua de ellas, «María de Molina», con 99 plazas.
Sin embargo, Pardo ha reconocido que si el número de solicitudes se incrementa hasta noviembre, y se hace necesario, estarán «encantados» de reabrir la residencia.
Los alumnos que habían pedido plaza en la «María de Molina», unos 60 según denunció el viernes el sindicato Comisiones Obreras, serán derivados a la cercana residencia «Alonso de Ojeda».
Además, según ha confirmado Pardo, la residencia no se ofertará a los alumnos que se examinen en septiembre.
Pardo ha argumentado que en Cuenca hay 624 plazas en residencias universitarias, pero a fecha 9 de agosto sólo se habían recibido 378 solicitudes, por lo que decidieron cerrar una residencia, para eliminar «gastos superfluos» y optimizar los recursos.
Ha garantizado que, si el número de peticiones supera las 525 que suman las tres residencias de mayor tamaño, se reabrirá la «María de Molina».
Asimismo, Pardo ha asegurado que al personal se le reubicará en otros servicios públicos de la Junta, fundamentalmente de tipo cultural, como la biblioteca.
El delegado sostiene que cada vez hay menos solicitudes para las residencias universitarias, y lo achaca a factores como la caída de los alquileres en Cuenca en los últimos años, y a que los alumnos prefieren compartir piso «para economizar gastos».
La residencia universitaria de mayor tamaño de Cuenca es la «Juan Jiménez Aguilar», con 220 plazas, seguida de la «Alonso de Ojeda», con 199 y la «Bartolomé Cossío», con 106.
El pasado viernes, Comisiones Obreras denunció que la Junta había comenzado a comunicar su traslado a los 60 estudiantes que habían solicitado plaza en la «María de Molina» y alertaba de las consecuencias que podía tener el cierre de la residencia universitaria.