20 de Noviembre de 1975, Arias Navarro… «Españoles, Franco… ha muerto». Así finalizaba, de hecho, una dictadura que había durado casi 40 años a pesar de que la propaganda del régimen de la época intentaba e intentaría extender la idea de que «todo estaba atado y bien atado».
Parece que esta forma de actuar se ha convertido, de forma abrupta y ante el miedo irrefrenable a perder el poder, en el leitmotiv del Gobierno de Cospedal. Nunca, hasta ahora, en los más de 30 años de nuestra democracia ningún gobierno, fuera del color que fuera, se había atrevido a llegar tan lejos en la utilización bastarda del poder otorgado por la ciudadanía. Nunca, hasta ahora, ningún Ejecutivo se habìa atrevido a llevar a cabo un decretazo de tanto calado y de tanta importancia a las puertas de unas elecciones.
Cuando estamos ya en campaña electoral y todos los partidos proponen a los electores sus respectivos programas, la «presidenta Cospedal», casi ya en funciones, intenta, en un acto de política «trilera», sortear la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha que ha declarado por UNANIMIDAD NULA DE PLENO DERECHO la legislación que regulaba las prestaciones y servicios con condena expresa en costas «convirtiéndola» en DECRETAZO.
Si esta forma de actuar es ya de por si muy grave, lo que sobrepasa cualquier lìnea de decencia política es hacerlo a pocas fecha de unos comicios. Parece que las palabras «atado y bien atado», propia de los tiempos preconstitucionales, están muy presentes en la forma de «gobernar» hasta el último minuto de la candidata del Partido Popular. El intento de dejar cerrada a las puertas de unas elecciones una normativa de tanto calado, una normativa que va a marcar la vida de miles y miles de personas en situación de dependencia y que se ha demostrado letal para este colectivo con la muerte de más de 5.000 personas esperando, nos da las pistas de la «importancia» que para Cospedal y toda su «corte» de voceros bien pagados tienen todas estas personas y nos da también las pistas de su catadura democrática.
La Plataforma en Defensa de la Ley de Dependencia en Castilla-La Mancha, asociación representantiva de este colectivo con más de 4.200 miembros y que ha sido ninguneada de forma sistemática por este Gobierno al no plegarse al yugo de las subvenciones, ha planteado a las fuerzas políticas que concurren a las elecciones del próximo 24 de Mayo un pacto por la dependencia basado en el más puro sentido común y sobre la base de elaborar una normativa en dependencia escuchando y dando voz a los propios afectados para que nunca más se vuelva a dar una muerte de una persona dependiente sin haber sido atendida.
Ese pacto, rubricado por partidos de distintas tendencias y formas de entender la política, y que constituye la base sobre la que se debería cimentar cualquier actuación que afecte al colectivo más ágil, indefenso y débil de nuestra sociedad, ha provocado, una vez más, la caída de la «careta» democràtica tras la que se esconden todos estos personajes que nos llevan desgobernando los últimos cuatro años. «Frente radical de izquierdas», «Frente anti-PP», «intenciones políticas ocultas», son algunas de las lindezas con las que nos han obsequiado todos los paniaguados que se mueven alrededor de las faldas de su jefa, la Señora Cospedal, que por cierto, en los cuatro años de mandato jamás, y digo jamás, se ha dignado a hablar de dependencia, un tema menor para ella.
Sus palabras les han delatado porque no se puede evitar, al escuchar tan sesudas manifestaciones, lo que durante 40 años nos «inculcaron» en la dictadura, que todo era culpa de la «conspiración judeo-masónica» y del «contubernio en contra de los españoles». Los y las voceras del «régimen» han salido en tromba bajo el dictado de las consignas emanadas desde la «torre de cristal» desde la que manda y ordena la Jefa, aunque a estas alturas la sociedad castellano-manchega sabe muy bien la catadura política de esos personajes. Que el señor Leandro Esteban, el consejero más vapuleado en los tribunales y ya amortizado polìticamente, o la señora Carmen Riolobos, mandada al cementerio de elefantes del Senado, nos dediquen esas lindezas no hacen sino confirmar y reafirmar la justicia de nuestras reivindicaciones.
Por cierto, señora Cospedal, y este «consejo» se lo doy gratis, yo en su lugar me cuidarìa de doña Carmen. El poder es dulce y ella es muy ‘golosa».
José Luis Gómez-Ocaña Pérez, presidente de la Plataforma en Defensa de la Ley de Dependencia en Castilla-La Mancha.