Cuenca es una de las tres provincias donde se registró más fraude a los seguros en los dos últimos años, según desvela el Tercer Barómetro del Fraude en el Seguro de Autos de Línea Directa presentado hoy.
Este estudio señala que el 6 por 100 de los siniestros de automóviles que se declararon al seguro en 2014 fueron un fraude, 3,5 veces más que cuando comenzó la crisis en 2009, y que supone un coste para el sector de 1.190 millones de euros.
Este coste es casi un 20 por 100 superior al de hace dos años, y supone una cantidad que equivaldría a asegurar a todos los coches que se venden en España en tres años.
El engaño «nos afecta a todos», y al final «se paga más», ha dicho el director de Gobierno Corporativo de Línea Directa, Francisco Valencia, que ha asegurado que todavía nueve millones de conductores españoles siguen justificando el fraude al seguro.
No obstante, ha explicado que hay síntomas que hacen prever una mejoría, ya que la intención de estafar a las aseguradoras ha descendido casi a la mitad, consecuencia, entre otras razones, de que existe un mayor conocimiento de las implicaciones legales que estos hechos pueden suponer.
Igualmente, según desvela el informe elaborado a partir de 1.200 encuestas a conductores, la predisposición de los españoles a denunciar ha aumentado considerablemente.
En concreto, lo haría un 73 por 100 si tuviera un beneficio económico directo como ocurre en otros países, tal y como señala el informe de Línea Directa, que ante el fraude, asegura que lo que más le preocupa son las mafias organizadas, tanto por su peligrosidad social como por el gran coste económico que suponen.
El barómetro presentado por Línea Directa también desvela que del total de intentos de fraude realizados en 2013 y 2014, el 95 por 100 de ellos fueron relativos a los daños materiales; y el 4,5 por 100 restante, a las lesiones corporales, aunque el importe medio de estos últimos se multiplica por 30 al de los primeros.
Por tipo de estafa, los daños ajenos al siniestro siguen siendo los más habituales en los fraudes materiales, ya que suponen tres de cada cuatro casos.
Le siguen los montajes preparados con antelación en los que intervienen más personas (12 por 100); los fraudes por presupuestos inflados (7 por 100); las averías declaradas como siniestros (1,5 por 100) y los falsos hurtos (1 por 100).
Sobre las lesiones, solo un 2 por 100 son por enfermedad o lesión anterior al accidente, siendo el resto (98 por 100) simulaciones o falsos agravamientos de un daño real, con el esguince cervical como caso más frecuente.
Respecto a la época del año en la que más fraudes se comenten, el estudio destaca que es aquella previa a las vacaciones (mayo, junio y julio) y el mes de enero.
En cuanto al perfil del defraudador, el estudio apunta a un hombre joven, de menos de 26 años, con un empleo precario o en desempleo.
A ello, se suma el de un hombre de mediana edad, con estudios superiores y que trabaja por cuenta ajena.
Por género, los hombres defraudan al seguro más que las mujeres aunque éstas fingen más lesiones.
En cuanto a las razones para defraudar al seguro, los hombres lo hacen para «tener el coche en perfecto estado», mientras que las mujeres alegan su tendencia a «cuidar de la economía familiar».
Por zonas geográficas, Cuenca, Murcia y Jaén son las provincias donde más fraude se registró en los dos últimos años, mientras que Soria, Salamanca y Burgos fue donde menos.