En pocos meses Fran Martínez ha pasado de ser un conquense más, al que ya conocía media ciudad, porque en Cuenca se conoce (casi) todo el mundo, a que ahora le aborden por la calle y todo el mundo quiera uno foto con el nuevo ídolo de la ciudad, que conquistó los corazones de todos los espectadores por su naturalidad, simpatía, humor y entrega en la novena edición de Masterchef, y donde se quedó a las puertas de ganar, aunque la victoria moral sí que se la anotó porque fue un auténtico show su presencia en el programa. Demostró las buenas dotes que tiene a los fogones, con su Cuenca y su gastronomía siempre por bandera.
Lo que hoy les proponemos con el cocinero conquense es conocer mejor la ciudad. Repasaremos cuáles son lugares favoritos, qué rincones tienen que visitar sí o sí, conoceremos un poco su rica gastronomía, además de aportar información útil que le pueda servir para su visita. Acompáñanos:
25 aniversario de una Ciudad Patrimonio de la Humanidad
Desde la hoz del Huécar, Fran nos recuerda que este año «celebramos el 25 aniversario de Cuenca como Ciudad Patrimonio de la Humanidad», en un lugar, además, «que abarca todo lo que queremos mencionar».
«Nos hemos venido a la hoz el Huécar porque aquí tenemos una visión panorámica de lo que es para mí Cuenca, patrimonio monumental, cultural, gastronómico y paisajístico. Desde aquí vemos la Catedral, las Casas Colgadas, la Fundación Antonio Pérez, el Museo de las Ciencias, el Parador, el Puente de San Pablo y estas hoces que nos dan tantas verduras, tantas hortalizas que disfrutamos a lo largo de todo el año», explica el cocinero conquense.
¿Por qué hay que visitar Cuenca?
Hay múltiples maneras de disfrutar una ciudad con tantos rincones y tantas riquezas tanto monumentales como culturales y gastronómicas, pero Fran Martínez lo tiene claro: «Cuenca hay que verla, hay que patearla, hay que sentirse como un conquense más, como una persona que regresa al siglo XII, encontrarse en sus caminos, andar por ellos, disfrutar de esta ciudad construida entre dos hoces y con un patrimonio increíble».
Además, el casco antiguo es un lugar «al que acudimos en Semana Santa, en San Mateo, cuando viene una visita y quieres enseñarle algo bonito, lo traes aquí, te metes por sus callejones, por sus escaleras, Cuenca es digno de admiración, digno de disfrutar con el corazón. Cada edificio es emblemático, con su historia de generaciones y generaciones, una historia de luchas que han terminado formando esta grandísima ciudad y espero que las disfrutéis todos», relata este conquense que ha destacado por el entusiasmo y el buen hacer en todo lo que se propone.
¿Cuál es su lugar preferido?
De entre todos los lugares que nos propone visitar Fran, hay uno que le gusta especialmente. «Mi lugar fetiche en Cuenca es la hoz del Huécar, que te aporta frescor en verano… y frío en invierno, ¡a -10 grados!, un agua increíble y un terreno súpercultivable. Me quedo con ella porque te da esa sensación de montaña y de gastronomía que uno necesita».
Además, Fran relata cómo sería el comienzo de un visitante en la ciudad, una ruta que a buen seguro no defrauda a todo aquel que se atreva con las cuestas del casco antiguo. «Cualquier persona que venga a cuenca, cuando empieza a subir al casco, pasa el puente de la Trinidad, se encuentra el Conservatorio, la calle Palafox, tan emblemática para mí por las Turbas, la curva de la Audiencia… Vas subiendo y subiendo y te encuentras la Torre de Mangana, llegas arriba, los arcos del Ayuntamiento, la Plaza mayor, su pedazo de Catedral y terminas en el barrio del Castillo, un barrio con muchísima historia y que merece la pena visitar.
¿Qué comer en Cuenca?
Pasando a las cosas del comer, donde Fran es un gran experto, nos asegura que esta ciudad «es otra manera de entender la vida», tanto, que cuando sale fuera de la ciudad siempre tiene presente «un buen plato de morteruelo, un paté caliente con la mezcla de aves de caza». También nos recuerda otros manjares que son preciados en cuenca, como «una oreja bien cocina y bien plancheada eso no se lo pierde ni un sacerdote», bromea este cocinero que es natural de Cañizares, un pueblo serrano de Cuenca.
«Tenemos el ajoarriero por si nos apetece refrescarnos un poquito más, los zarajos, el resoli, el alajú para el postre…», añade. Porque lo que quiere la gente en Cuenca «comer bien, en verano, sí, de primero algo que refrescante, pero en el segundo apretamos porque somos de comer, nos gusta una buena carne, un buen filete, un pescado en condiciones, nos gusta la calidad», afirma.
¿Cuál es su plato favorito?
Pero de entre todas las exquisiteces que se pueden degustar en la capital conquense, se queda con una: «Tengo mi favorito, el forro, bien hecho en la lumbre, a la espalda, ladeado que le pegue bien el fuego. Eso es un sentimiento, porque escuchas al forro cómo poco a poco su chillido cuando suelta la grasa durante 40 o 50 minutos hasta que está bien hecho, crujiente por fuera, pero tierno por dentro. Se me hace la boca agua», reconoce.
Porque en Cuenca «hay que disfrutar de su gastronomía y de sus platos únicos. En los últimos 5 o 10 años estamos viendo cómo sus platos típicos se están relanzando, remasterizando, para que la gente de fuera y aquí, pueda disfrutar de esos platos, pero elevado a la alta cocina«.
¿Qué podremos encontrar en su restaurante?
Además, próximamente, quizás antes de que finalice 2021, Fran Masterchef, como así le conoce ya todo el mundo, abrirá su propio restaurante en Cuenca.»Dentro de poco voy a tener mi restaurante aquí, con estos guisos que tenemos en Cuenca, que son los que nos alimentan y nos dan energía para recorrer esta ciudad», indica, pero añade el toque especial que le dará: «El toque Masterchef».
«Yo lo que quiero son productos típicos, de kilómetro cero, de proximidad, de hortelanos, de carniceros de la ciudad, para conseguir con ellos los mejores platos», comienza explicado, para continuar subrayando que «siempre, siempre, comer empezando por la tradición, pero pegándole un toquecido, dando una vuelta de hoja, sin fastidiar lo que tienes».
Su clave en la cocina «chuf, chuf», explica Fran imitando con gestos el momento en el que cuecen los guisos, y lo ejemplifica: «Cuando llegas a una casa que lleva una olla tres horas y dices: madre mía, qué bueno que va estar, pues eso es lo que quiero, ser como soy yo.
10 sitios que visitar en la ciudad de Cuenca
Las Casas Colgadas
Aprenda bien el nombre: Casas Colgadas, porque si van a Cuenca, no se les ocurra decir «casas colgantes», porque a los conquenses no les gusta escuchar como se le cambia el nombre a su monumento más conocido. Colgadas de la piedra sobre la impresionante hoz del Huécar albergan en su interior dos interesantes lugares.
Por un lado encontramos el Museo Nacional de Arte Abstracto (información más abajo), además del nuevo restaurante que recientemente ha sido reformado y que gestionará el chef con Estrella Michelín, Jesús Segura.
El Puente de San Pablo
El Puente de San Pablo es otro de los lugares que todo visitante tiene que conocer. Una imponente estructura de hierro y madera que cruza la hoz del Huécar, uniendo el Parador con las Casas Colgadas, con una altura máxima de 60 metros.
El puente original del siglo XVI se hundió, pero a principios del siglo XX se volvió a edificar, apoyándose en la sillería del anterior puente, pero cambiando los materiales.
Catedral de Cuenca
La Catedral de Santa María y San Julián, a veces nombrada como la Nôtre Dame Española por su similitud al tempo parisino, aunque de menor dimensión, es uno de los lugares más concurridos de la capital conquense.
Fue la primera catedral gótica de Castilla junto a la de Ávila y su construcción fue promovida por Leonor Plantagenet, hija de Leonor de Aquitania y Enrique II, en el siglo XII, tras la conquista de la ciudad de Cuenca en 1177 por parte de su esposo, el rey Alfonso VIII de Castilla.
Las obras terminaron en 1257, aunque posteriormente casi todas las partes que la componen han ido sufriendo cambios. Lo que nunca se ha llegado a terminar son las torres, aunque a principio del siglo XX el proyecto de Vicente Lampérez pretendía elevar dos altas agujas en las torres laterales.
Las entradas a la Catedral se pueden adquirir desde 5 euros, que ascienden a 9,5 euros si se completa la visita con el Museo del Tesoro, el Triforio, San Pedro y la torre.
Antes de su visita no se olvide de consultar los horarios, porque los días y las horas de apertura varían en función de la época del año.
Plaza Mayor
La arquitectura típica del casco de Cuenca se concentra en la Plaza Mayor de Cuenca. Sus coloridos edificios de viviendas completan un paisaje excepcional junto con la Catedral y el Ayuntamiento de Cuenca, el cual crea los icónicos arcos que dan paso a la plaza cuando uno llega desde la calle Alfonso VIII, la mítica calle de ascenso al casco histórico, donde también se ubican edificios de diversos colores, que son emblema de la capital conquense.
Rascacielos de Cuenca
La curiosa orografía sobre la que está levantado el casco de Cuenca nos deja postales icónicas como la que se encuentra en el barrio de San Martín. Edificios que por la calle en la que tienen acceso no suelen superar las cuatro plantas, por su parte trasera parecen auténticos rascacielos, puesto pueden alcanzar hasta las 10 plantas, ya que comienzan mucho más abajo su edificación sobre la roca en la que están levantados. Sus estrechas fachadas, sus puntales de madera y sus bonitos colores terminan de firmar unos atributos únicos para una arquitectura de ensueño en la ciudad conquense.
Barrio del Castillo
El barrio del Castilla, un lugar perfecto para hacer una parada en el camino en la visita a Cuenca. Es la parte más alta de casco, donde se encuentran una gran cantidad de bares donde comer o poder tomar una cerveza con las mejores vistas a la ciudad, puesto que desde este barrio se pueden observar con todo su esplendor las dos hoces sobre las que se forma este conjunto arquitectónico que está declarado Patrimonio de la Humanidad.
Además, como su propio nombre indica, en esta zona están las ruinas visitables del castillo de Cuenca, una antigua fortaleza árabe, que fue tomada en el siglo XII por Alfonso VIII y sufrió sus últimos cambios en tiempos del reinado de Felipe II.
Parador-Espacio Torner
En el antiguo convento de San Pablo, construido sobre una inmensa roca en la hoz del Huécar, se ubican dos espacios dignos de admirar.
Por un lado, en la iglesia desacralizada del convento se encuentra el Espacio Torner, que aglutina muchas de las obras que el artista Gustavo Torner cedió a la ciudad.
Consulta los horarios y los precios de las entradas.
Por otro encontramos el Parador de Cuenca, un excepcional hotel y restaurante donde poder disfrutar de la ciudad con las mejores vistas.
Museo Nacional de Arte Abstracto
Rafael Canogar, Eduardo Chillida, Martín Chirino, Luis Feito, Manuel Millares, Gerando Rueda, Fernando Zobel o Antonio Saura son algunos de los artistas que aglutinan su arte en el Museo Nacional de Arte Abstracto de Cuenca, ubicado en las Casas Colgadas.
En este espacio se puede encontrar una de las mejores colecciones de arte abstracto español del siglo XX, con algunos de sus artistas icónicos.
La entrada al museo es gratuita y abre todos los días, salvo los lunes, con horario de mañana y tarde, menos el domingo que solo abre por las mañanas.
Fundación Antonio Pérez
Antonio Pérez y Cuenca son dos entes muy unidos. El genial artista conquense tiene una Fundación y un museo dedicados a su figura, donde se puede repasar gran parte de la obra del artista, además de obras de otros autores. En un convento del siglo XVI se encuentran cientos de obras en los que ha utilizado los materiales que ni siquiera se imaginan para componer sus obras.
Ruta por las hoces
El casco antiguo de Cuenca emerge sobe la montaña entre las hoces de los ríos Júcar y Huécar, que confluyen a los pies de la parte antigua conquense y sobre todo crean dos inmensas hoces a cada costado de las edificaciones conquenses, para forman un conjunto que bien valen el reconocimiento de la Unesco.
Lo que queremos proponer en esta información es recorrer estos bellos parajes a pie, por las diversas rutas que surgen en ella.
Una opción sencilla es recorrer la hoz del Júcar por el paseo Fluvial, para subir al casco por la subida de las Angustias, hasta llegar posteriormente al Castillo. Por la otra hoz, a los pies de las Casas Colgadas sale un sendero que recorre la hoz, pasando por el antiguo acueducto que llevaba agua hasta el casco y por el clásico hocino de Federico Muelas, hasta llegar también al barrio del Castillo, por lo que se podrían unir ambas rutas.
En este enlace puedes encontrar en un ejemplo de los que os proponemos.
¿Dónde comer?
Os dejamos una lista de restaurantes en Cuenca donde poder comer las delicias que anteriormente hemos repasado. No son todos los que están, pero sí que todos ellos merece la pena visitarlos, de diferentes precios y estilos:
- En el casco:
- Taberna Albero, en la calle Claver, junto a la Plaza Mayor
- Posada de San José, precioso edificio antiguo con vista a las hoces que se ubica en la ronda Julieta Romero.
- Pícaro Tapas & Copas, cerca de la plaza Mayor, junto a la estatua de Alfonso VIII
- El Torreón, en el barrio del Castillo.
- Fuera del casco:
- Sala Cinco, el mejor valorado en Tripadvisor, frente a los juzgados.
- Olea Comedor, céntrica ubicación junto cerca de Cuatro Caminos.
- El Bodegón, en la calle Cerrillo San Roque, muy cercano a la calle San Francisco y calle Carretería.
- El Gallo, en la calle Fray Luis de León, junto al río Huécar.
- Restaurante Recreo Peral, en un entorno precioso en el paseo fluvial del río Júcar.
- Trivio, el único restaurante de la ciudad con Estrella Michelín.
¿Dónde alojarse?
Os dejamos una pequeña lista de hoteles donde alojarse. Aunque la oferta en Cuenca es mucho más rica y variada:
- Parador de Cuenca
- NH Ciudad de Cuenca
- Hotel Alfonso VIII
- Cueva del Fraile
- El Rincon de los Poetas
- Hotel Torremangana
- Hotel Convento del Giraldo
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