María y Eugenio comenzaron este invierno un viaje de seis meses en autocaravana en el que querían ver distintos lugares de la Península Ibérica, pero la emergencia sanitaria y el confinamiento les sorprendieron viajando hacia Cuenca, y llevan dos meses en la autocaravana en la localidad de Uña, en plena Serranía conquense.
Ambos están jubilados y Eugenio Conejo, pacense de nacimiento, quería que su pareja, natural de Gran Canaria, conociese diferentes lugares de la geografía española.
Eugenio ha explicado a Efe que tras recalar en Badajoz para visitar a unos familiares, siguieron viaje hacia Cuenca, donde tienen buenos amigos ya que, como alpinista, ha subido varias cumbres con miembros del grupo conquense de montaña «Dolomía», y en el trayecto se decretó el estado de alarma, hace ya dos meses.
Siguiendo los consejos de sus amigos se quedaron en Uña, un municipio con apenas un centenar de habitantes, donde con el paso de los días se han convertido en «una pareja más» del pueblo.
Un entorno natural muy apreciado, pero que a mediados de marzo todavía sufría los rigores del invierno, ya que como relata a Efe María Quesada, según llegaron, «casi directamente del sol y la playa, cayeron dos nevadas que…» y añade: «Como además, la calefacción que teníamos eran botellas pequeñas de gas, que en aquel momento no se vendían en ninguna superficie comercial, al gastarse pasamos frío».
María recuerda esos primeros días en los que se iba a la cama «con el pijama, el jersey, el polar ¡y hasta el gorro del polar! ¡Qué frío!».
En un primer momento estacionaron la autocaravana junto a los antiguos cuarteles de la Guardia Civil, en las cercanías de la laguna de Uña, pero siguiendo los consejos del alcalde, José Luis Gómez, trasladaron luego su vehículo al casco urbano, donde el regidor les facilitó una toma de luz, y la dueña de la tienda les prestó un calentador.
Ambos subrayan la acogida que les ha brindado el pueblo de Uña, desde el alcalde, a los vecinos o el agente forestal, que han estado «en todo momento muy pendientes» de ellos, ayudando en todo lo que han podido y han agradecido el respaldo que les han prestado.
De momento no tienen previsto desplazarse, e incluso cuando se permitan los viajes reconocen que este episodio les ha hecho «repensar» su periplo, y tienen previsto permanecer un poco más en Cuenca, para conocer bien la provincia.