El casco antiguo de Cuenca vuelve a la normalidad. Después del derrumbe de la calle Canónigos el 12 de mayo, la mítica calle que une el Puente de San Pablo con las Casas Colgadas ya está reabierta al paso peatonal.
La zona que más miradas acapara de toda la ciudad recupera de esto modo toda su esencia, ya que ha estado cortada desde entonces y los visitantes no han podido gozar de la mágica sensación que es cruzar el Puente de San Pablo, hasta ayer, puesto que a las 19 horas se volvió a permitir el paso a los peatones después de la reforma integral que ha sufrido tras el derrumbe y que dejó a todo el mundo impactado en la capital conquense.
Un suceso en el que por fortuna no hubo que lamentar daños personales, dado que los obreros que ya estaban trabajando en la zona había salido a almorzar. De hecho, la máquina en la que estaba trabajando uno de los operarios minutos atrás se desplomó junto con el resto de la calle.
La zona más icónica de Cuenca recupera su esplendor con la reapertura de la calle Canónigos
Mejoras en el Puente de San Pablo
Una reforma en la zona que también ha servido para introducir mejoras en el propio Puente de San Pablo, puesto que se ha revisado la iluminación y se han cambiado todas las tablas por donde pasean los viandantes.
La obra ha mejorado los plazos previstos, y es que se esperaba que la calle Canónigos reabriese a final de año, pero se ha podido adelantar para que este puente de la Inmaculada y la Constitución esté disponible para el disfrute de visitantes y conquenses.
Se hunde la calle que une las Casas Colgadas con el Puente de San Pablo, en Cuenca