Después de sorprender a propios y extraños con su aterrizaje en Villar del Saz de Navalón, la rave clandestina ha cambiado de escenario y ha desembarcado en Buendía (Cuenca). Esta brutal fiesta, que se mueve de escenario en escenario y sorprende por su civismo pese a carencia de permisos, ha estado este fin de semana en la localidad conquense cerca de un paraje espectacular, la Ruta de las Caras de Buendía.
Así lo ha confirmado a encastillalamancha.es la alcaldesa de Buendía, Desamparados Sierra. Sampa, como es conocida la alcaldesa, nos cuenta que desde el fin de semana en el que estuvieron en Villar del Saz de Navalón comenzaron a llegar camiones hasta la localidad. Llegada que se incrementó a partir del martes 24. En total, al pinar que hay junto a la Ruta de las Caras se establecieron «unos 70 u 80 camiones», relata la alcaldesa.
Pero el grueso llegaría en el fin de semana, cuando además de todos estos raveros que se presentaron con sus camiones y caravanas, hasta la localidad conquense se desplazaron más asistentes para la fiesta que se prolongó durante todo el fin de semana.
No hubo ningún problema y estuvieron controlados por la Guardia Civil
Lo que más destaca Sampa de esta visita que ha tenido en el municipio es que la rave no ha generado ningún problema. Asegura que la gente del pueblo tenía un poco de miedo por la cantidad de personas que llegaron. «La gente estaba un poco miedosa, pero problemas no han generado, además estuvo la Guardia Civil controlando», explica Sierra. Además, destaca el papel «sensacional» que tuvieron los agentes, que hicieron que los lugareños se sintiesen más seguros.
[ze_summary text=»Es su forma de vida y hay que respetarla como la de todo el mundo»]Es su forma de vida y hay que respetarla como la de todo el mundo[/ze_summary]Como la rave estaba en dicho pinar, «no hubo ruido», dado que se encuentra un poco alejado de las viviendas y, «como ellos cuidan el entorno», la zona «no estaba mal para la cantidad de gente que hubo», relata. La basura la habían dejado en los cubos porque son gente «respetuosa» y el único legado de su paso son unos contenedores llenos… y algún excremento.
Los pueblos son como son y entre los habitantes sorprendía que muchos de los «raveros» caminaran descalzos o se bañaran desnudos, pero Sampa, quien se muestra muy tolerante con esta fiesta, explica que es su manera de entender la vida y así se lo transmitía a los vecinos.
Les avisaron de que no podían hacer fuego… y así lo hicieron
El mayor miedo que le infundía a la alcaldesa la llegada masiva de personas al pinar era que provocasen un incendio. «Tenía miedo con el fuego, pero la Guardia Civil les avisó de que no podían encenderlo» y así lo hicieron. Además, según relata a este medio uno de los asistentes, natural de la zona, eso también se lo contaron los propios raveros, por lo que tenían interiorizado que no se podía encender ningún fuego en esta zona de valor ecológico, que además está en una localidad que sufrió un gran fuego, el incendio de la Sierra de Altomira en 2003.
La mayoría son belgas, holandeses, alemanes…
Según nos cuenta la alcaldesa y el asistente de la zona, entre los participantes en la fiesta hay una mayoría de personas extranjeras, con gran afluencia de belgas, holandeses, alemanes… Cuya manera de vivir se entiende vagando de lugar en lugar con la fiesta a cuestas. «Es su forma de vida y hay que respetarla como la de todo el mundo«, subraya la alcaldesa.
Los raveros se comenzaron a marchar entre el domingo y el lunes, ¿dónde será la siguiente parada?
En modus operandi de estas fiestas es muy singular. Horas antes de dar comienzo se convoca a los asistentes en el lugar elegido. Una vez finalizada su etapa en Buendía, hay informaciones cruzadas sobre donde será la siguiente rave. A oídos de la alcaldesa llegó que se desplazarían hasta Extremadura. Otros los sitúan más cerca, en Zarza de Tajo, también en la provincia de Cuenca. Veremos qué depara esta fiesta que ha sorprendido a esta zona tranquila y un poco desconocida, pero con un encanto singular que ya les invitó a venir una vez, pero que seguro que les llama a repetir.
Ha sido una semana diferente en Buendía, sede de la presa del mayor de los embalses de cabecera del Tajo. Allí han salido de la rutina habitual del verano en La Alcarria y por lo menos han tenido «algo distinto a lo que tenemos habitualmente», concluye la Alcaldesa.