Cuenca tendrá la tirolina más larga de Europa. 445 metros de doble sentido donde «se pueden lanzar al vacío dos personas a la vez». De nuevo, la altura tiene un idilio con la ciudad de las casas colgadas.
Detrás de este «megaproyecto» se encuentra una pareja de conquenses que llevaban años tratando de sacar adelante el proyecto. Cristián Fernández y Begoña Guadalajara, pareja, están detrás de la tirolina que unirá el casco antiguo con la Cueva de la Zarza. «Vamos a salir desde el parking del Castillo, atravesamos la Hoz del Huécar y desembocamos encima del Parador», explica Cristián Fernández al otro lado de la línea telefónica.
En los próximos días, comenzará la obra civil. «El tiempo que estimamos de duración de la instalación es de dos meses», adelanta Fernández. La previsión es que esté lista a finales de septiembre y principios de octubre para que los últimos turistas veraniegos puedan aprovecharse del estreno.
«No ha sido fácil… pero estamos donde queríamos estar»
La idea de Fernández y Guadalajara surgió en 2018. Ambos se presentaron a una lanzadera de proyectos que organizaba la Diputación de Cuenca y ganaron el concurso. «Ahí fue cuando se hizo realidad, vimos que era posible y viable», relata el impulsor de la tirolina. La pareja comandan su propia empresa, Bachimaña, que se encarga de todo el proyecto.
La travesía que han tenido que atravesar hasta poder llevar a cabo el proyecto ha sido larga. Primero se encontraron con la burocracia. Después llegó la pandemia que paralizó el proyecto, como lo hizo con tantas vidas. Por último, han tenido que modificar el recorrido del proyecto. «Nos ha costado llegar y ya no queremos pensar en esa parte. No ha sido fácil», confiesa Fernández, que se muestra entusiasmado por ver que, ahora sí, su proyecto sale adelante.
Recorrido de la tirolina más larga de Europa. Imagen de Cristian Fernández.
«Nuestra idea es que la tirolina funcione durante todo el año»
La pareja de conquenses aún no ha definido el precio que tendrá ese trayecto que dura unos 30 segundos, aunque estiman que rondará los 20 euros por «salto al vacío». Además, buscan que las reservas se hagan a través de una página web. También van a instalar una furgoneta en el parking del castillo para poder vender los tickets desde ahí. Cuenca es una ciudad donde el frío se hace notar, y mucho, en invierno. Sin embargo, los impulsores de la tirolina explican que «nuestra idea es que funcione durante todo el año».
Pese al «vértigo del proyecto», con todos los asuntos que han tenido que cerrar, lo que buscan es lanzarse al vacío por primera vez. «Queremos que la gente se pase muy bien, pero ante todo la seguridad». 120 metros de caída, es la altura que verá la persona que lance. El vértigo está en la mente, la tirolina será, dentro de muy poco, realidad.