El final de la Semana Santa será el punto de partida de uno de los proyectos más esperados en la ciudad de Cuenca: los remontes que hagan más accesible la subida al casco histórico.
Será un proyecto de 15,7 millones de euros y se ejecutarán en 32 meses. Las obras las llevará a cabo Tragsa y contarán con Fondos Next Generation, ya que el Gobierno regional ha podido incluir este proyecto en la convocatoria de fondos europeos.
Desde el Paseo del Huécar a la calle Colmillo
Las escaleras mecánicas estarán distribuidas en dos tramos para salvar 57 metros de desnivel, desde la zona del Auditorio José Luis Perales, hasta el entorno de la Plaza Mayor.
En los dos tramos previstos se prevé la construcción de seis escaleras mecánicas y seis ascensores escalonados, pera garantizar la accesibilidad.
El primer tramo es el que conecta el Paseo del Huécar con la Calle Santa Catalina, donde hay unos 34 metros de desnivel, el segundo es el que conecta la calle Santa Catalina con la Calle Colmillo, con una diferencia de nivel de 23 metros.
A la presentación del proyecto ha asistido el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, el vicepresidente de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro, y el alcalde de Cuenca, Darío Dolz.
«Un proyecto para facilitar la movilidad de los vecinos»
Guijarro ha expresado que esta infraestructura «es un proyecto para facilitar la movilidad de las personas que viven en el Casco y para hacerlo más atractivo para que más personas vengan a vivir».
Además, se va a poner en marcha un plan de seguimiento de las obras para que los vecinos puedan «comprobar permanentemente el desarrollo de las mismas».
«Hemos tomado decisiones valientes para resolver los problemas estructurales de la ciudad. Decisiones que nos van a permitir coser las grietas históricas de la ciudad de Cuenca», ha señalado el vicepresidente.
Por otro lado, Guijarro ha expresado que ya está listo el convenio con Adif para llevar a cabo el proyecto que unirá la estación del AVE con el centro de Cuenca.
Tres años de tramitación
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha estado durante tres años realizando todo el proceso administrativo para poner en marcha las obras de los remontes del casco histórico. Un proceso en el que han estado involucradas varias administraciones, desde el Estado hasta la Unesco, puesto que el Icomos (el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) tuvo que dar su visto bueno a esta infraestructura.