Los cincuenta extrabajadores de Confecciones Corrochano han demandado la empresa y a su cliente mayoritario, la marca Pull and Bear, de Inditex, por su despido improcedente y por el impago de varias nóminas.
Los afectados han convocado mañana una concentración de protesta frente a la tienda de la marca Pull and Bear en la ciudad para reclamar que se les pague y para mostrar su rechazo por el cierre del taller tras la decisión del grupo empresarial de llevar la producción a Marruecos.
Uno de los trabajadores despedidos, que prefiere que no se mencione su nombre, ha indicado a Efe que el juicio está fijado para el próximo 17 de noviembre en el juzgado de lo social de Talavera de la Reina.
Confecciones Corrochano trabajaba desde hace 15 años casi en exclusiva para Pull and Bear, fabricando pantalones, según ha contado este trabajador, con 18 años de antigüedad en la empresa.
El 99 por ciento de la facturación del taller textil procedía de los encargos de la marca, para la que han cosido entre 300.000 prendas hace unos años y las 150.000 del año pasado.
El antiguo empleado ha contado que a mediados de julio de 2011, cuando llevaban sin cobrar cuatro mensualidades, la empresa Confecciones Corrochano comunicó a los 50 empleados que trabajaban en el taller que «la falta de pedidos» les obligaba a rescindir sus contratos.
«Sin más explicaciones ni indemnizaciones, pese a que el año 2010 cerró el ejercicio con beneficios», ha añadido.
Los trabajadores sostienen que Confecciones Corrochano e Inditex habían pactado el cierre del taller y ahora los trabajadores, con una antigüedad media de 20 años y mayoría de mujeres, han visto como la empresa ha cerrado sin satisfacer sus deudas y la demanda contra Confecciones Corrochano la han hecho extensiva a Pull and Bear por responsabilidad solidaria.
Sobre Inditex, ha indicado que «ellos marcaban todo el trabajo que hacíamos, desde el patrón, los acabados, los plazos de entrega, los precios o hasta donde comprar las telas», cuenta asegurando que responsables de la marca de moda iban al taller a controlar la producción.
Por ello, ha considerado que el grupo tiene una responsabilidad que asumir, pues eran trabajadores indirectos suyos, subcontratados, en una fábrica que era «el único proveedor nacional de pantalones de Pull and Bear».
El taller llegó a tener 100 empleados en el año 2005, y los 50 despedidos en julio acudirán al juicio del día 17 tras un aplazamiento solicitado en octubre por la abogada de Inditex.
El exempleado ha dicho desconocer si Inditex pagó a Corrochano por los pedidos entregados y este no pagó a los trabajadores, o qué ha sido del dinero que les corresponde por su trabajo, algo que tendrá que dirimir la justicia