lunes, 25 de noviembre de 2024
Medio Ambiente - 04 mayo 2015

Ecologistas en Acción Castilla-La Mancha ha denunciado la aparición de dos ejemplares de águila imperial, especie catalogada en peligro de extinción, y un aguilucho ratonero en una finca del sur de la provincia de Ciudad Real, donde se han localizado cebos envenenados.

La aparición de estos ejemplares de aves, han señalado el colectivo, se suma al envenenamiento masivo detectado en otra finca de Nambroca (Toledo) en diciembre de 2014, cuando se localizaron más de 20 rapaces envenenadas entorno a tres cotos de caza.


Según ha informado Ecologistas en un comunicado, agentes medioambientales y del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) están investigando desde el pasado mes de febrero este caso, que califican como «muy grave» y que ha afectado a fauna silvestre protegida.

Los ecologistas han explicado que ahora han conocido de forma oficial estos hechos que se produjeron en febrero, cuando se localizaron muertos dos ejemplares de águila imperial ibérica y uno de aguilucho ratonero, así como varios trozos de carne que hacían la función de cebos.

Otro caso que aún se investiga ocurrió en una finca cercana al término de Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real), en una zona de suelta de lince ibérico dentro del plan de reintroducción Iberlince, donde en 2012 murieron seis águilas imperiales que aparecieron envenenadas.

«Llueve sobre mojado en la problemática del uso de cebos envenenados en el medio natural en Castilla-La Mancha, con el agravante de que está afectando gravemente a especies protegidas y que amenazan seriamente los esfuerzos por recuperar al lince ibérico y al águila imperial ibérica», han criticado los ecologistas.

Lamentan que la Consejería de Agricultura no ofrezca «información puntual de estos graves sucesos» y, según denuncian los conservacionistas, esté «retrasando» los expedientes sancionadores que se pudieran incoar a raíz de los hechos denunciados por los agentes.

En su opinión, se quiere lanzar una «imagen falsa de ausencia de amenazas» para las especies protegidas en Toledo y Ciudad Real, cuando la realidad es distinta.

En este sentido, Ecologistas ha exigido a los responsables de la Consejería y de Iberlince «seriedad y rigor» en los datos que ofrecen del proyecto y de la realidad de lo que ocurre en los terrenos por los que andan los linces reintroducidos.

Aunque reconocen que «puede ser cierto que en determinadas fincas haya una gran colaboración que hay que alabar», subrayan que en Castilla-La Mancha sigue habiendo «muchos territorios y prácticas hostiles para las especies protegidas» como el veneno y las trampas.

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