Un total de 40 matrimonios de Castilla-La Mancha fueron anulados en 2012 por el Tribunal Metropolitano de Toledo, lo que significa un descenso del 16,6 por 100 respecto a los suspendidos en 2011.
Así se desprende de los datos ofrecidos por el vicario judicial del arzobispado de Toledo, José Antonio Martínez, durante el acto de apertura del Año Judicial Eclesiástico.
Así, de las cuarenta causas anuladas, más de la mitad proceden de la diócesis de Toledo, un total de 24, mientras que las dieciséis restantes proceden del resto de la región y que también se tratan en el Tribunal Metropolitano de Toledo.
Por provincias y exceptuando Toledo, de los quince casos de petición de nulidad matrimonial que vio el tribunal en 2012 (otro viene del año anterior) ocho procedían de la diócesis de Ciudad Real, cuatro de Albacete, dos de Sigüenza-Guadalajara y un caso de Cuenca.
Las causas de la nulidad eclesiástica alegada han sido en la mayoría de los casos aduciendo «inmadurez» de uno de los cónyuges y desconocimiento de la pareja -lo que se denomina ‘grave defecto de discreción de juicio’- en un 75 por 100 de los casos.
En segundo lugar, los jueces eclesiásticos han anulado el matrimonio por problemas psíquicos de uno de los cónyuges para atender las obligaciones esenciales del matrimonio, en un 55 por 100.
También se ha alegado no creer en el matrimonio sacramental, la infidelidad y el hecho de descartar tener hijos.
Por lo que se refiere solo a la diócesis de Toledo, en 2012 hubo 1.665 matrimonios canónicos, frente a los 899 civiles, cifras similares a las ofrecidas en los últimos seis años.