Hoy celebramos el Día Mundial de la Hipertensión Arterial, una enfermedad crónica que padecen casi 2.000 millones de personas en el mundo. Se calcula que afecta a un 35 por 100 de la población, concretamente entre las personas mayores de 65 años, alcanza a 60 de cada 100 personas. Además, esas cifras van en aumento, por la mayor esperanza de vida y por el cambio en los hábitos cotidianos.
En Castilla-La Mancha se calcula que existen al menos 360.000 hipertensos, con cierto predominio en las mujeres. Sin embargo, muchas personas que la padecen lo desconocen porque la enfermedad puede permanecer silente durante largos períodos de tiempo dañando «órganos diana» como son el riñón, el corazón o el cerebro.
La hipertensión arterial es un importante factor de riesgo para el desarrollo de otras enfermedades que pueden empeorar la calidad de vida de las personas que la padecen e incluso llevar a la invalidez y a la muerte. Calculamos que puede ser la causa directa de más de 4.000 muertes anuales en nuestra comunidad autónoma.
Como directora general de Salud Pública, Drogodependencias y Consumo de la Castilla-La Mancha considero de gran importancia el rediseño de nuevas estrategias de salud para poder hacer frente a las enfermedades crónicas y, en especial, trabajar eficazmente hacia su prevención.
Tenemos que canalizar nuestros esfuerzos con la finalidad de evitar el desarrollo de la enfermedad y, por tanto, limitar sus complicaciones. Por ejemplo, el 87,7 por 100 de los pacientes de Castilla-La Mancha sometidos a diálisis padecen hipertensión arterial.
Afortunadamente, esta situación se puede atajar de una forma verdaderamente sencilla: mediante la medición de la presión arterial.
El control ocasional de la tensión arterial es una valiosa herramienta de actuación frente a esta enfermedad, en cuya prevención y control juegan un importante papel los hábitos de vida saludables. De ahí que las políticas de lucha frente a esta enfermedad deban estar especialmente enfocadas hacia la promoción de unos correctos hábitos de vida, como el fomento de la actividad física o llevar una dieta adecuada con un consumo moderado de sal, ya que las soluciones posteriores son menos eficaces y pueden resultar más costosas.
Hoy, en el Día Mundial de la Hipertensión Arterial, tenemos una oportunidad para reflexionar y para reforzar un objetivo que a todos nos compromete y que no es otro que los ciudadanos de Castilla-La Mancha vivamos más y mejor. Conseguirlo es posible.