miércoles, 27 de noviembre de 2024
POR un río vivo 20/03/2016junio 7th, 2017

El Ayuntamiento de Toledo ha reafirmado su compromiso con el Tajo en el II Foro Ibérico que se ha celebrado este fin de semana Vila Franca de Xira (Portugal) y ha puesto de relieve la constatación de «graves problemas de contaminación y de gestión que empeorarán en el río con el cambio climático».

Así lo ha reflejado la concejala de Servicios Públicos y Sostenibilidad, Eva Jiménez, quien ha representado a la ciudad en el Foro y que ha dejado claro que «no sólo se trata de invertir en depuración, sino que es fundamental cambiar de mentalidad».


Jiménez ha valorado la creación de una Cofradía del Tajo que «permita compartir objetivos con las redes y plataformas españolas» aunque ha destacado, entre «lo más interesante», la implicación y presencia de las autoridades portuguesas en el acto «para compartir espacios de lucha», señala un comunicado municipal.

En este sentido, ha subrayado que «aunque las poblaciones portuguesas y las españolas tenemos diferentes problemas con respecto al Tajo, nos une el interés por conseguir un Tajo vivo».

En el encuentro han participado técnicos, representantes institucionales, políticos y civiles para tratar de abrir un debate que permita aportar soluciones conjuntas a la situación del río Tajo, tanto de un país como de otro.

Los paneles y conferencias del Foro han puesto de manifiesto diversas problemáticas que afectan al río, pero también las enormes potencialidades de desarrollo económico, cultural y social que tanto en España como en Portugal tiene el Tajo si se abordan nuevas formas de gestionar este recurso hídrico y ecosistema natural.

PREOCUPACIÓN POR LA GESTIÓN DEL GOBIERNO

Desde el lado portugués se ha señalado, en diversas exposiciones, la preocupación por la gestión que el Gobierno de España viene realizando del Tajo, así como la sobreexplotación, los trasvases, la contaminación y los deficientes caudales cedidos al país luso que están determinando que el Tajo en su curso por Portugal no se encuentre en el estado de salud y conservación que sería deseable.

Esta situación, según Jiménez, limita las posibilidades de aprovechamiento del río en Portugal con consecuencias en actividades muy arraigadas a su cultura y su relación con el río, como son la pesca de distintas especies que aún se conservan en el tramo portugués y en sus afluentes, o los usos sociales y lúdicos que los pueblos ribereños practican en sus riberas.

El panel de ponentes ha destacado la necesidad de trabajar conjuntamente entre los dos países para que el Tajo recupere la dinámica de «río vivo» que tenía no hace más de dos o tres décadas.

Los intervinientes han puesto de manifiesto la urgencia de incidir en la restauración fluvial con medidas acordes con la propia morfología del río y sobre la importancia de una planificación hidrológica, tanto en España como en Portugal, que se ajuste a lo que establece la Directiva Marco del Agua.

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