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viernes, 22 de noviembre de 2024
Fidel Pérez Cano, el bombero de Talavera de 39 años que salvó la vida a hombre en la ciudad de la cerámica.
Fidel, en la zona donde escuchó los gritos de auxilio
A un hombre de 70 años le había dado un infarto - 27 febrero 2018

14 de febrero, Día de los Enamorados. Fidel Pérez Cano, un bombero de 39 años del cuerpo de Talavera, estaba preparando el Carnaval junto con su mujer y su hija. Se encontraban en una tienda de disfraces en la zona de los Tres Olivos, en Talavera, comprando un vestido de princesa para la pequeña hasta que… «¡Socorro, socorro, ayuda, algo le pasa a mi marido!». En la calle había un hombre tendido en el suelo.

Acababa de entrar en parada cardiorespiratoria, le había dado un infarto y Fidel no lo dudó dos veces. Tiró de memoria para recordar cómo les explicaron que había que reanimar a un hombre en la formación de primeros auxilios que les impartieron a los Bomberos. Era la primera vez que se enfrentaba a un caso real. «Le valoré, miré si tenía respiración, si tenía pulso…», explica este bombero a encastillalamancha.es.


Entonces, tras llamar al 112 y pedir una ambulancia, comenzó su ardua tarea: mantener al hombre de unos 70 años con vida, no era hacienda fácil, tenía problemas cardiacos y estaba esperando un cateterismo. Así relata el propio Fidel cómo llevó a cabo las tareas para reavivar al hombre: «Soy bombero, comencé a hacerle la reanimación cardiopulmonar y le saqué. Su corazón se paró unas cuatro veces. Salía de la parada, le ponía en posición lateral de seguridad, pero al minuto entraba otra vez en parada, así hasta en cuatro ocasiones hasta que en 13 o 14 minutos llegó la UVI».

Y esos minutos pueden parecer siglos cuando estás en una situación límite. «La UVI no tardó en llegar, pero a mí se me hizo como una hora», cuenta Fidel. Gracias a su rápida intervención, este hombre pudo aguantar hasta la llegada de los servicios sanitarios. Durante la agónica espera, un temor invadía la cabeza de Fidel, «tenía miedo que en una de esas veces que entraba en parada ya no volviese», explica.

Pero todo salió bien. «Hice lo que pude, yo me llevé una gran satisfacción, porque vi cómo se lo llevaron en la camilla estable, no sé qué habría pasado si nadie hubiese hecho nada», porque además es consciente de la suerte que tuvo tanto él como el hombre que sufrió la parada cardiorespiratoria. «Si te da un infarto fuerte no te salva nadie, yo creo que le pillé en en el momento justo y en el lugar idóneo. Fue una cadena de cosas que por suerte hizo que todo saliese bien», cuenta Fidel Pérez.

Fidel se interesa todas las semanas por el estado del hombre

Esta historia, por suerte, se puede escribir con un final feliz. El hombre al que le dio un infarto salió de esa, aunque está pasando una temporadita en el hospital y su salvador cada cierto tiempo se preocupa por su estado.

No ha podido ir a verle, pero todas las semanas pregunta por su estado a uno de los trabajadores de la UVI que trasladó al enfermo hasta el hospital. Le realizaron la operación que le hacía falta y las últimas noticias que ha recibido es que está fuera de peligro.

Seguro que este bombero de Talavera no olvidará esta historia, no es para menos. Seguro que cuando pensó en enfundarse el traje de bombero soñaba con salvar vidas, ahora puede decir que alguien vive gracias a él. Pero no es nada vanidoso, aunque ahora está recibiendo la felicitación de sus paisanos. «La gente que te quiere bien te da la enhorabuena, también la mujer del hombre y su familia me felicitó».

No quiere ser tratado como héroe, «sigo siendo una persona normal»

Pese a su heroica actuación, no quiere que se le trate de héroe. «Yo no quiero que se me pinte como un héroe, quiero pensar que cualquier persona que le hubiese pasado lo habría hecho de la mejor manera posible, a lo mejor por mi trabajo lo podemos desempeñar un poquito mejor, pero yo soy una persona normal como siempre lo he sido».

Este valiente bombero se llevó una buena alegría ese día. Dice sentirse «orgulloso, porque todo salió muy bien», aunque «ojalá nunca hubiese ocurrido, pero una vez que pasó, mejor que saliese bien». Este es el motivo por el que este episodio de su vida se lo llevará «a la tumba, porque tuve la suerte de sacar a este hombre, pero podría no haber sido así».

Porque el cuento no siempre acaba comiendo perdices y los infartos son una causa de muerte bastante común, pero siempre será de ayuda tener a un Fidel al lado para reescribir un final que pudo ser funesto, pero que terminó de la mejor manera posible.

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