La prueba del carbono 14 a los restos humanos hallados en la iglesia-necrópolis del yacimiento «Pilar de Legua» de Almadén ha confirmado que son de época visigoda y afianzan la hipótesis de que es la primera iglesia visigoda documentada de la provincia de Ciudad Real y de la Meseta Sur.
Así lo ha indicado a Efe el director de las excavaciones que se están realizando en este yacimiento y en el del «Arroyo de la Pila«, Germán Esteban, quien ha explicado que la prueba del carbono 14 ha confirmado que los restos humanos hallados en los sarcófagos de la necrópolis son visigodos.
Esteban ha indicado que esta confirmación permite defender una cronología del siglo VII tanto para la iglesia necrópolis como el poblado hallados en las excavaciones y que ambos son contemporáneos.
En este sentido, Esteban mantiene la hipótesis de que la necrópolis está situada junto a una iglesia rural de época visigoda, que es la primera documentada en la provincia de Ciudad Real y en la Meseta Sur.
Asimismo, ha hecho hincapié en la importancia del poblado, que ha despertado mucho interés «pues nos encontraríamos ante un caso nuevo e inédito por estas latitudes», ha añadido.
La intervención arqueológica en los yacimientos de «Pilar de la Legua» y «Arroyo de la Pila» de Almadén se desarrolló el año pasado hasta finales del mes de octubre de 2014, por iniciativa del Ayuntamiento de Almadén y en el marco de las subvenciones para investigaciones arqueológicas promovidas por la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha el pasado año.
En la intervención participó un equipo científico interdisciplinar de arqueólogos, geólogos, topógrafos e ingenieros de minas vinculados a la UNED, a la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y a la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
En ambos yacimientos se planteó la realización de topografía, planimetría, fotogrametría terrestre y aérea, prospección geofísica para localizar restos enterrados y su organización arquitectónica y sondeos arqueológicos para determinar su funcionalidad y cronología y poder documentar y valorar de manera preliminar los restos existentes.
Los trabajos han permitido verificar la existencia de una necrópolis tardoantigua, de acuerdo a la tipología de las tumbas, y de otros elementos arquitectónicos documentados, como un pavimento de opus signinum de tradición romana.
También se han exhumado dos tumbas, de cierta envergadura, consistentes en sarcófagos de piedra volcánica labrados en una sola pieza, y de gran calidad, tapados por grandes lápidas del mismo material de donde se exhumaron restos de dos individuos,.
Además, se están recuperando una serie de restos arquitectónicos que evidencian que no nos encontramos ante una simple necrópolis, sino ante un complejo arquitectónico de mayor envergadura, «una Iglesia».