El delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Jesús Labrador, considera que, pese a que el dato de déficit es mayor que el previsto, no será necesario poner en marcha nuevas medidas de ajuste, aunque, «a lo mejor», habrá que hacer «un esfuerzo superior» en el mantenimiento de las medidas en el tiempo. Así lo expone Labrador en una entrevista con la Agencia Efe en la que analiza las medidas aplicadas por el Gobierno central y el de Castilla-La Mancha para atajar la crisis, así como las múltiples protestas en las calles que se han producido en la comunidad en las semanas que lleva en el cargo.
El delegado del Gobierno expone que en lo que va de año se han producido ya 200 manifestaciones en Castilla-La Mancha y que todas ellas se han desarrollado «con normalidad», por lo que se ha cumplido el objetivo de garantizar los derechos de todos: los que querían manifestarse o hacer huelga, los que querían trabajar y los que querían deambular por la vía pública. En este contexto, sostiene que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado «son profesionales y ejercen su trabajo con una excelencia exquisita», de modo que «no necesitan ningún tipo de instrucción porque ellos sabe cuál es su cometido, saben cuál es su función y su función es garantizar el ejercicio de todos los derechos de todos los ciudadanos».
Labrador plantea, no obstante, que por parte del PSOE ha habido «intentos de utilización política» de las protestas y opina que la sociedad comprende que las medidas adoptadas son «necesarias», son «imprescindibles» y se están tomando de «manera justa». El delegado del Gobierno insiste en que «se está quitando lo que no es absolutamente imprescindible y se está haciendo de una forma que sea proporcional al esfuerzo que se pide a cada uno de los ciudadanos».
En este sentido, a pesar de que el déficit es mayor que el esperado y las previsiones económicas peores que las que se manejaban, descarta nuevas subidas de impuestos y también considera que las «medidas complementarias» que se están haciendo no tienen por qué ser nuevos ajustes. Y apunta a la flexibilización de los requisitos establecidos y a que «luego habrá que hacer un esfuerzo superior, a lo mejor, en el mantenimiento de esas medidas».
Además, Labrador sostiene que las primeras medidas adoptadas -«más en 50 días que las que se habían adoptado en ocho años», ha dicho- ya tienen efectos positivos, no en el empleo, pero sí por ejemplo en la rebaja de la prima de riesgo y, en el caso de Castilla-La Mancha, en el control del déficit público, que cerró 2011 en el 7,3 por 100. Por ello, una vez «compradas las medicinas», hay que esperar a que el tratamiento surta efecto y en algunas enfermedades «el tratamiento dura más que en otras».
Especialmente positiva considera Labrador la puesta a disposición de los ayuntamientos de líneas de financiación para pagar a proveedores a cambio de que presenten un plan de ajuste financiero, un total de 50.000 millones de euros que -explica- ni siquiera van a pasar por los consistorios, sino que va a ir directamente a los acreedores.
Cuando se le pregunta por las quejas de los empresarios por que se vaya a dar prioridad de cobro a los empresarios que acepten una quita de la deuda, Labrador expone que, en general, los empresarios consideran que se trata de una medida positiva, pues constituye un «balón de oxígeno» para ellos.