Sin duda, el Día Mundial del Agua tiene en Castilla-La Mancha un significado especial porque esta comunidad autónoma es la única región de España que cede este preciado y escaso recursos a otros territorios del país.

Y lleva haciéndolo casi cuatro décadas, las que lleva funcionando el trasvase Tajo-Segura, una infraestructura que ha facilitado un desarrollo en todos los sectores de la economía de las regiones que lo reciben, Valencia y Murcia, y ha empobrecido la cabecera del río, los municipios ribereños de los pantanos de Entrepeñas y Buendía, en las provincias de Guadalajara y Cuenca.

[ze_summary text=»El agua que ha llevado prosperidad y Valencia y Murcia y se la ha quitado a CLM»]El agua que ha llevado prosperidad y Valencia y Murcia y se la ha quitado a CLM[/ze_summary]El video que el miércoles 21 de marzo compartió el Gobierno de Castilla-La Mancha no deja lugar a dudas sobre la situación de la cabecera en febrero de 2018, tras casi 40 años de trasvase Tajo-Segura:

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Ambas regiones, especialmente Valencia, son de las más prósperas del país. Y han basado su desarrollo y riqueza fundamentalmente en dos sectores, el turismo y la agricultura, a través de un potente sector hortofrutícola. Ha sido posible con el agua que les llegaba de Castilla-La Mancha desde la cuenca del Tajo, cuyos municipios no solo no han tenido la misma oportunidad de regadíos ni de desarrollo turístico y hasta ha pasado que han tenido que renunciar a la implantación de determinadas industrias por no poder garantizar el necesario suministro de agua, ese que veía pasar hacia otras zonas del país.

El trasvase ha traído menos renta, población y plazas hoteleras en la cabecera del Tajo

Como informamos en encastillalamancha.es, recientemente se ha presentado el “Estudio de los impactos socioeconómicos del Trasvase Tajo-Segura sobre los municipios ribereños de los embalses de la cabecera de Entrepeñas y Buendía”, realizado por el Grupo de Investigación del Tajo de la UCLM, cuyos integrantes son Enrique San Martín, Beatriz Lara y Nuria Hernández-Mora, ofrece todo tipo de datos para analizar cuál ha sido la evolución de esta zona de la cabecera del Tajo. Menos renta, pérdida de población y plazas hoteleras son solo algunos de los efectos negativos.

Aún más impactante es el dato de que en los pueblos ribereños de Entrepeñas y Buendía que están en la provincia de Cuenca solo hay un 1 por 100 de hectáreas de regadío, de entre el total de cultivos. En los de Guadalajara llega al 1,7. En Murcia el 34 por 100 de las hectáreas de cultivo son de regadío.

[ze_summary text=»La superficie de regadío en los municipios ribereños del trasvase en Cuenca es del 1 por 100; del 1,7 en Guadalajara… ¡Y del 34 en Murcia!»]La superficie de regadío en los municipios ribereños del trasvase en Cuenca es del 1 por 100; del 1,7 en Guadalajara… ¡Y del 34 en Murcia![/ze_summary]Tanto Murcia como Valencia disponen de mar. Y, por lo tanto, de agua necesaria para atener sus necesidades, ya que la tecnología que permite desalarlas lleva décadas aplicándose en otras zonas de España y del mundo.

Más barato el agua del Tajo que el de las desaladoras… ¿Cómo es posible?

Pero a murcianos y valencianos les sale más barato el agua del Tajo.

¿Cómo es posible este contrasentido? Entre otras razones, porque murcianos y valencianos han controlado desde siempre la Confederación Hidrográfica del Tajo, la Dirección General del Agua en el Ministerio de Agricultura y cuantas instituciones influyen o deciden en la política hidráulica española. Eso ha sido así siempre, también desde que se instauró la democracia, con gobiernos del PP y del PSOE en España, que siempre ha primado la abultada bolsa de votos que supone el censo electoral levantino frente al castellano-manchego.

Además, en las comunidades vecinas siempre ha existido unidad política a la hora de reivindicar la continuidad del trasvase del Tajo. Y el del Ebro cuando se empezó a ver que el primero se estaba agotando.

La gran manifestación del 20-J y el fallido Estatuto que pedía la caducidad del trasvase

En Castilla-La Mancha, por el contrario, la unidad nunca ha sido real más que en pequeños y aislados gestos, como en la gran manifestación que el 20 de junio en 2010 organizó en Talavera la Plataforma en Defensa del Tajo y el Alberche.

Unos años antes, en 2007 el PSOE y el PP se habían puesto de acuerdo en un Estatuto de Autonomía que pedía la caducidad del trasvase en 2015. Pero el consenso ya estaba roto en este y otros temas cuando el debate del Estatuto llegó al Congreso y fue retirado por la Junta sin ni siquiera ser votado.

Y poco más que contar con la unidad. Los partidos se echan a la cara su gestión con el agua y la defensa de los intereses de los castellano-manchegos en esta materia. Pero lo cierto es que el PP es el único que no ha condenado el trasvase ni ha pedido su fin, al menos pública y oficialmente, aunque cada vez más representantes se van desmarcando de esta línea, que la mayoría de la población no comparte.

La falta de unidad, unida a la de la población y a la de organizaciones de afectados verdaderamente fuertes frene al poderoso sindicato de regantes murciano y valenciano han sido solo dos de los graves problemas.

Un desastre medioambiental que Europa condena, pero…

Un tercer drama se une a ellos. El medioambiental. El trasvase ha sido letal para el río. Hace tiempo que contraviene la normativa europea del agua. Pero incluso antes ya había provocado un desastre medioambiental secando el río, condenado a su cauce a ser una tubería natural de espumas y de agua depurada del Jarama, porque la mayor pare del agua de río se trasvasa.

Contaminación y espumas son vistas habituales especialmente en las principales ciudades por las que pasa el Tajo, como Aranjuez o Toledo. Ya también se ven en Talavera. Todas han perdido no solo el río como zona de baño o esparcimiento, sino que además sufren el problema medioambiental y se les ha cercenado la posibilidad de construir desarrollo económico mayor en el turismo o la agricultura con esta agua, que sí se ha facilitado a Valencia y Murcia.

Y en Talavera:

La Unión Europea ya ha tirado de las orejas al Gobierno de España por su política hidráulica y por la gestión de varios ríos. Uno de ellos el Tajo.

El trasvase morirá de inanición seguramente antes de que lo mate una política de agua adecuada y justa. Pero antes de morir aún veremos nuevos episodios del desastre.

La cabecera llega a los 400 y amenaza trasvase

Las lluvias de marzo han devuelto reservas de 400 hectómetros cúbicos a los embalses de Entrepeñas y Buendía, el mínimo a partir del cual se puede trasvasar. Y, aunque se sabe, que el umbral bajará pronto porque las previsiones de abril y mayo son la de que van a ser meses más secos de lo que les corresponde, en Castilla-La Mancha se espera que en breve se haya autorizado un nuevo trasvase.

Así va el Tajo en Toledo tras la crecida por las lluvias de marzo:

El propio Gobierno de CLM y su presidente, Emiliano García-Page, han mostrado ya su temor: «No queremos un Tajo muerto desde su cabecera», ha tuiteado Page.

[ze_summary text=»No queremos un Tajo muerto desde su cabecera, ha tuiteado el presidente de Castilla-La Mancha»]No queremos un Tajo muerto desde su cabecera, ha tuiteado el presidente de Castilla-La Mancha[/ze_summary]Esta misma semana, el presidente de la Junta también ha recordado cómo, en los últimos meses y tras el cierre de esta infraestructura, tanto la población como los cultivos de regadío de las regiones del Levante han estado abasteciéndose de agua desalinizada.

Aún hay unos días de margen, porque las reservas del río no serán revisadas hasta el 1 de abril.

En este contexto se celebra el Día del Agua en Castilla-La Mancha. El Gobierno regional ha organizado un acto en Sisante (Cuenca), en el que va a entregar diversos premios para reconocer a empresas, instituciones y personas su tarea en la defensa del este bien escaso.