La X edición de los premios Luces de Granada, creada por la Asociación de Profesionales de la Imagen de Granada (Agrafi), ha concedido el primer premio de su certamen, de ámbito internacional, en la categoría de retrato al fotógrafo de La Guardia, en Toledo, Víctor Hijosa, por la imagen de un pequeño en su estudio.
El evento se celebró el pasado día 27 de octubre en el auditorio Fundación Caja Rural de Granada (patrocinadora de los premios), con una exposición previa de todas las obras nominadas, en distintos apartados, como fotografía de boda, paisaje, infantil, retrato, audiovisual.
Víctor y Esmeralda, un gran equipo
Hijosa es el tercer año que se ha presentado a este prestigioso certamen, patrocinado por Caja Rural de Granada, y quiere «agradecer a todas las instituciones y a Agrafi que organicen este tipo de eventos que ponen en valor el oficio de la fotografía, que en estos tiempos, si cabe, cobran aún más valor».
Víctor explica que desde hace ya doce años su mujer Esmeralda, como videógrafa, y él, como fotógrafo, cuando montaron el estudio en La Guardia, se han dedicado con intensidad a trabajar en diferentes variedades de esta disciplina.
«Nos entendemos muy bien, aunque cada uno tenemos nuestra especialidad. Ella desprende mucha sensibilidad en captar imágenes en movimiento y a mí, sin embargo, me encanta la foto fija», explica.
Víctor cuenta que desde muy joven «he tenido mucha curiosidad por todo lo que concierne a la fotografía, lo que me llevó a hacerme fotógrafo profesional» y explica que tiene la suerte de tener a Esmeralda consigo, «ella además de ocuparse de toda la parte del video, siempre me apoya y me ayuda en mis proyectos fotográficos».
Desde entonces, han conseguido diferentes reconocimientos, como la mejor fotografía de retrato en los XIX Edición de los Premios Goya de la Asociación de Fotógrafos y Videógrafos Profesionales de Aragón (AFPA) o el Premio Nacional de Retrato «Francisco Chacón».
«Sabía que Damián, el niño del retrato, tenía mucha magia»
«Siempre me he considerado un fotógrafo retratista, es en la disciplina que más a gusto me encuentro, aunque también me encanta la fotografía infantil, que considero que es una de nuestras especialidades, por decirlo de alguna manera».
«Para mí cada retrato es especial, cada persona tiene su magia. Yo sabía que Damián (el niño del retrato) tenía mucha magia. Su mirada lo dice, es muy fuerte e intensa. Solo tuve que esperar. Lo he dicho en varias ocasiones, la fotografía es el arte de saber esperar. Fueron unas milésimas en las que el niño se me quedó mirando fijamente a la cámara con esta rotundidad, y lo pude captar. Sabía que tenía un buen retrato».
«Suelo fijarme mucho en las personas y a menudo intuyo quién me puede dar un buen retrato, espero siempre paciente hasta que lo consigo». Lo has conseguido, Víctor.