El grupo popular en las Cortes de Castilla-La Mancha ha lamentado la actitud del PSOE en la región ante la posibilidad de un rescate a la comunidad y les ha dicho que, en vez de «alegrarse de lo mal que le pueda ir» a la comunidad, «deberían estar 60 años pidiendo perdón por los 30 de gobierno».
La diputada del PP Cesárea Arnedo ha rechazado las declaraciones del secretario de Organización del PSOE, Jesús Fernández Vaquero, sobre el rescate a Castilla-La Mancha, que según el socialista se solicitará antes del fin de semana.
En cambio, Arnedo ha afeado a los socialistas su actitud hacia el Gobierno regional y les ha culpado de ser los responsables de las dificultades de la región, porque «la acción de los gobiernos socialistas han traído todos los males a Castilla-La Mancha».
La también vicepresidenta primera de las Cortes regionales ha mandado un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos y ha afirmado que la comunidad no necesitará el rescate, sino que el Gobierno central ha felicitado al autonómico por sus medidas de control en el gato público y su «eficacia en el ahorro».
Así, ha recordado algunas de las medidas de ahorro en el gasto aprobadas por el actual Gobierno regional, como la supresión del Consejo Económico y Social y del Defensor del Pueblo, que han permitido «un ahorro considerable», o la supresión en un 50 por 100 de los altos cargos en la Junta.
La adhesión al plan de pago a proveedores, la aprobación de la Ley de Emprendedores o la supresión del complemento que cobraban los funcionarios que habían sido durante al menos dos años exaltos cargos de la Junta han sido otros de los logros resaltados por Arnedo.
Con estas medidas, según la diputada del PP, que están introduciendo racionalidad en el gasto y son también un «estímulo para el crecimiento», se ha posibilidad que la región «no tenga que acudir al rescate».
Además, ha afirmado que la presidenta regional, María Dolores de Cospedal, «no está perdiendo el pulso a la realidad de los colectivos» y además, realiza «innumerables visitas» a los municipios castellanomanchegos, con el objetivo de «gobernar pegados a al calle y de la mano de los ciudadanos».