El Pleno del Congreso de los Diputados votará el próximo jueves la Propuesta de Reforma del Estatuto de Castilla La Mancha. Bajo la reforma, no se esconde nada más que una burda utilización de las mayorías parlamentarias, un auténtico “pucherazo”. Cospedal pretende unilateralmente modificar las reglas de juego para intentar ganar las elecciones sin respaldo electoral.
En una comunidad autónoma con más de dos millones de habitantes y cinco provincias entre las que habría que repartir los escaños y con el falso argumento de ahorrar gasto, (no se puede ahorrar sobre lo que no cuesta, los diputados no tienen sueldo por decisión de Cospedal) se propone reducir las Cortes de Castilla La Mancha, a una horquilla de 25-35 diputados.
En España hay 1.268 diputados autonómicos, y podríamos entender que el PP hubiera planteado al PSOE y a otros partidos negociar una reducción de esta cifra, pero no. No quieren eso, lo que quieren es “blindar” el poder de Cospedal, precisamente en la región que tiene actualmente el parlamento más pequeño de España.
Este “pucherazo electoral” supondría que en Castilla-La Mancha se elegiría un diputado por cada 90.000 votantes cuando en La Rioja se elige uno por cada 10.000 o en Cantabria uno por cada 13.000 e incluso en Castilla y León que elige uno por cada 30.000. ¿Se puede explicar mayor injusticia que la que les hacen a los ciudadanos de Castilla-La Mancha?
Si los dirigentes del PP fueran serios que no lo son, no aprobarían esta modificación, que de aplicarse en sentido similar en todas las comunidades autónomas supondría que se dieran casos tan singulares como que se dejara sin representación al PP en Cataluña, País Vasco y Navarra o que se dejara a los parlamentos de Murcia, Cantabria, la Rioja con seis o siete diputados.
La horquilla de 25-35 diputados en Castilla-La Mancha nos daría un número de diputados de 5 a 7 por provincia. Esto supone que será necesario superar el 15% de votos en cada distrito para obtener representación, impidiendo así la entrada de otras fuerzas políticas en el Parlamento. Pretende posteriormente aprobar una nueva ley electoral que distribuya los diputados por distritos al exclusivo interés del PP. Pero la propuesta tiene como consecuencia directa que van a dejar sin representación política a entre 200.000 y 300.000 votantes.
Es un ataque al sistema constitucional español porque impide el pluralismo político y transforma el sistema proporcional en mayoritario. Curiosamente Cospedal ya cambió la ley electoral hace unos meses para elevar en cuatro el número de escaños, parece que no le salen las cuentas y como si esto fuera un juego, decide cambiar la ley otra vez.
La propuesta de reforma viene sin consenso político y es la primera vez en la historia democrática que se propone modificar un Estatuto, apoyado por un solo partido, el PP, y con una mayoría parlamentaria de 25 (PP) a 24 (PSOE) diputados. El Plan Ibarreche tenía más consenso de origen que este.
Y el colmo de la desfachatez del PP es que ahora que vamos a recuperar el recurso previo de inconstitucionalidad para las reformas del los Estatutos, no quiere que se aplique al de Castilla La Mancha.
Cospedal, terminará la legislatura con una Reforma del Estatuto y dos modificaciones de la ley electoral, realizadas sin consenso. Un atropello político sin precedentes.
Alejandro Alonso Nuñez, coordinador del grupo de parlamentarios nacionales del PSOE de Castilla-La Mancha.