El vídeo que nos muestra Toledo desierta… Pero con su eterno encanto
Era un domingo reluciente y las calles de la Ciudad Imperial se nos abrían bellas, como siempre, pero vacías y con un silencio solo roto por las campanas de la Catedral y el gorjeo de los pájaros urbanos. Debería estar llena de toledanos y visitantes, pero el coronavirus lo impidió…