domingo, 24 de noviembre de 2024
artículo de opinión 19/04/2012junio 13th, 2017

Desde Guadalajara, provincia por la que era diputado regional desde mayo pasado, nos llega la noticia, ya difundida días antes, de que Fernando Lamata Cotanda, médico psiquiatra en la vida ordinaria y exviceconsejero de Sanidad y exvicepresidente de Castilla la Mancha en la etapa de Barreda, dejaba la vida política. La versión ofrecida por el interesado es «por motivos de salud». Ciertamente hace más de un año sufrió un ictus que le dejó ciertas secuelas, sobre todo psíquicas, pues él mejor que muchos, sabe que eso es un aviso serio y con la salud no debemos jugar.

He tenido la suerte y el placer de conocerlo de cerca cuando fue padrino de Marsodeto, en las marchas y en algunas reuniones personales que amablemente siempre, en poco tiempo y no como ahora los que están en el Gobierno regional, me concedía al solicitársela. He tenido el privilegio de recibir varios años sus cartas de felicitación de Navidad, con sus versos, con su delicada estrofa y con esa caligrafía exquisita. Como es él, exquisito en el trato. De los que han pateado mucho la calle compaginándolo con coche oficial.


Deja una profunda huella no solo en Toledo sino en la región. Su sencillez y cercanía debían copiarla otros en puestos similares. Pero para todo hay que valer y Fernando Lamata ha valido y vale. Otra cosa es, que vea que su salud se resiente o puede empeorar si se mete en jaleos estériles. Le honra marcharse y dejar de percibir al mes cerca de 3.000 razones y comer de la sopa boba aún más de tres años que le quedaban. Ha preferido volver a su puesto en Madrid, junto a su Pepa, esposa, compañera y buena persona, que le hará la vida más dulce y sin el veneno de la política. La mayoría habrían hecho lo contrario: seguir y aguantar hasta lo indecible. Total por asistir a las Cortes…

Lo ha sido casi todo en política, pues llegó a ser el número dos de Sanidad con la ministra Salgado. Es difícil que vuelva a hablar con él del tabaco, de la vida, de su vida, pero le recordaré como una persona íntegra que ha preferido dar paso a otros por todo lo que le rodea. Ha sido de lo mejor, como persona y consejero, que ha desfilado por el Gobierno regional. ¡Ojalá otros muchos compañeros suyos, de su partido y de otros, tuvieran el mismo comportamiento llegado el caso! Ha sido un placer conocerlo y tenerlo en la región. Fue uno de los mejores fichajes de Barreda.

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