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viernes, 22 de noviembre de 2024
premio "A tu lado" - 02 agosto 2019

Equipos específicos tanto de la Guardia Civil como de la Policía Nacional realizan a diario una gran labor en la defensa de personas que sufren violencia de género, violencia doméstica o violencia sexual. Se ocupan de colectivos vulnerables, entre los que también se encuentran los menores.

Las unidades de Familia y Menores de la Policía Nacional y la Guardia Civil en Castilla-La Mancha fueron merecedoras del premio «A tu lado» concedido por encastillalamancha.es en el marco de sus galardones «Excelentes», un reconocimiento a una lucha que va desde la investigación hasta la protección. En el acto celebrado en el Palacio de Congresos de Toledo ante un auditorio con más de 500 personas, el premio fue patrocinado por Tangente Publicidad y entregado por Javier Vivar y Yayo Cabañas.


En su intervención tras recibir el galardón, la inspectora de la Policía Nacional Cristina Ramos puso de manifiesto que «el compromiso de la Dirección General de la Policía en la lucha contra este tipo de violencia es inequívoco». Añadía que «el trabajo y el esfuerzo de la Policía Nacional para frenar y resolver este grave problema es incuestionable».

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Por parte de la Guardia Civil fue el sargento primero José Luis Muñoz García, del Emume de la Comandancia de Guadalajara, quien sobre el escenario recibió la «corona de laurel y espinas» con la que se galardonó a todos los premiados, un premio que -tal y como señaló- «nos servirá de aliciente para seguir trabajando» y es que «tanto mis compañeros como yo estamos muy orgullosos de la labor que desarrollamos cada día».

Las Unidades de Familia y Mujer se encuentran en todas las Comisarías de la Policía Nacional. En la de Toledo son ocho personas las que se ocupan de estos casos. Su origen está en la década de los 90 cuando se comenzaron a establecer equipos volcados en mujeres víctimas de malos tratos y de agresiones sexuales. En aquella época también se pusieron en marcha unidades de menores. Ambos quedaron unificados en el Servicio de Atención a la Familia (SAF), que con los años -y desde 2014- acabó llamándose Unidad de Familia y Mujer (UFAM), abordando los casos de violencia de género, violencia doméstica, delitos contra la libertad sexual y menores.

Cristina Ramos, inspectora de UFAM en la Comisaría de Toledo, explicaba a encastillalamancha.es que los dos ejes fundamentales de la unidad son la investigación -la persecución de los delitos, la búsqueda pruebas…- y la protección -comprobar que se cumplen las órdenes de alejamiento, el seguimiento de las víctimas, valorar los posibles riesgos…-.

Entre los asuntos más frecuentes que llegan a sus oficinas, añade que destacan los relacionados con los malos tratos que sufre la mujer y los de violencia doméstica, siendo más habituales de lo que se cree las agresiones de hijos hacia padres, situaciones «muy dolorosas que la gente no denuncia a la ligera». Cuenta que los afectados llegan pidiendo ayuda y exponiendo los hechos. «Nosotros les informamos de los pasos que pueden dar y lo que puede suceder». Después, «algunos deciden denunciar y otros continuar viviendo en el infierno en el que viven». En este sentido, uno de los casos más duros a los que se ha tenido que enfrentar Manuel -miembro de Ufam en Toledo- tuvo que ver con la paliza que dio un chico de 14 años a su madre.

[ze_image id=»329011″ caption=»Miembros de la Unidad de Familia y Mujer (Ufam) de la Policía Nacional.» type=»break_limited» src=»http://ecmadm.encastillalamancha.es/wp-content/uploads/2019/07/ufam.jpg» urlVideo=»» typeVideo=»» ]

Cristina Ramos también ponía el acento en la complejidad y circunstancias que rodean muchos de los sucesos. «Las cosas no suelen ser de color blanco o negro, siempre hay matices», apuntaba. Ponía el ejemplo de un caso reciente en el que el agresor era una persona mayor con problemas mentales derivados de la edad, una persona que nunca había sido agresiva y cuya actitud planteaba un serio problema a la familia. Para la inspectora este es un problema más social que policial ya que «la denuncia no resuelve el problema».

Tanto para Cristina como para Manuel es inevitable llevarse la preocupación por algunos casos a casa, sobre todo en aquellos en los que -como comentaba Manuel- la víctima se enfrenta a una persona potencialmente peligrosa, alguien que no ha actuado, a la que no se le puede imputar nada, pero cuya actitud demuestra que puede llegar a resultar muy violento. La experiencia de los miembros de Ufam es la mejor herramienta para afrontar estos procesos y tomar las medidas necesarias.

Con el objeto de dar respuesta a los casos delictivos en los que se encontraban implicados mujeres y menores, tanto como víctimas como en calidad de autores de los mismos, en 1995 se crean los Equipos Mujer Menor (Emume) en el seno de la Guardia Civil, cuyo ámbito de actuación comprende la violencia en el entorno familiar, los delitos contra la libertad sexual, los delitos relacionados con la delincuencia juvenil, el tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual y la pornografía infantil. En Toledo, la primera Emume data de 2007.

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Desde la Comandancia de Toledo, uno de los integrantes de este equipo –Mónica Ballesteros– afirmaba que los asuntos más frecuentes en los que trabajan tienen que ver con la violencia de género y doméstica; los abusos y agresiones sexuales; y, más recientemente, las denuncias por acoso escolar. Para abordarlos estos especialistas reciben una formación muy específica y es que, en muchas ocasiones, deben ganarse la confianza de una víctima a la que le cuesta hablar. «Intentamos hacerles ver que estamos para ayudarles».

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