Tras conocerse que la parroquia de San Fernando, perteneciente a la Diócesis de Cuenca, va a acoger la presentación informativa de un apostolado de la Iglesia católica que «trata» a personas homosexuales mediante la castidad; la organización estatal LGTBI+ Fundación Triángulo ha exigido a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y al Gobierno de España que actúen «con firmeza» ante estos hechos, fortaleciendo el respaldo institucional a las víctimas y adoptando «medidas contundentes» contra los responsables.
En un comunicado, al que ha tenido acceso encastillalamancha.es, la organización ha señalado que la Ley regional 5/2022, de 6 de mayo, de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI, prohíbe «de manera explícita» las terapias y pseudoterapias de conversión o aversión.
El artículo 8 de esta normativa establece que está vetada cualquier práctica que busque modificar la orientación, identidad o expresión de género de las personas LGTBI, así como su promoción o difusión por cualquier medio, ha señalado la ONG.
Además, Fundación Triángulo ha recordado que la legislación estatal también impone a los poderes públicos la obligación de sancionar estas prácticas, «consideradas una forma de discriminación y violencia que atenta gravemente contra la dignidad y los derechos fundamentales de las personas».
Rechazo «enérgico» al grupo «ultrarreligioso» Courage International
Fundación Triángulo ha expresado su «más enérgico rechazo» a la carta emitida por la Diócesis de Cuenca, en la que «respalda al grupo ultrarreligioso norteamericano Courage International«.
Esta organización promueve la idea de que la homosexualidad es una «enfermedad» o un «problema», calificándola de «objetivamente desordenada» y afirmando que «nunca conducirá a un acto sexual moralmente bueno».
En línea con estas creencias, Courage International defiende la castidad como supuesto camino para las personas homosexuales.
La fundación ha denunciado que este mensaje «fomenta la negación de la sexualidad de las personas homosexuales, culpabilizando tanto el deseo como los vínculos afectivos hacia personas del mismo sexo».
Un discurso religioso que, ha continuado, «provoca un profundo sufrimiento y la autonegación de las víctimas, perpetuando ideas discriminatorias que consideran la homosexualidad inmoral, desordenada y problemática. Tales argumentos han servido durante décadas para justificar la persecución de personas homosexuales, bisexuales y transexuales en España, etiquetándolas como enfermas, pecadoras y delincuentes».
El presidente de Fundación Triángulo, José María Núñez Blanco, ha defendido que “las personas LGTBI no tenemos por qué tolerar que organizaciones de fanáticos religiosos, importados de Estados Unidos, promuevan en España terapias de conversión o defiendan que somos enfermos, desordenados, inmorales o problemáticos. En España, estas prácticas están prohibidas y no vamos a permitir un retroceso hacia la falta de libertades, por mucho que lo intente la Iglesia católica o Vox«, ha acabado el comunicado de la organización estatal.