La guadalajareña María Asunción Reneses Díaz, ciudadana repatriada desde Nazaret (Israel), ha agradecido la labor de todas las instituciones por haberla «sacado del infierno«. «Me quedan la tristeza de la guerra y la sinrazón humana que sigue sembrando el terror en nuestra tierra».
En una nota de prensa desde la agencia de viajes contratada por Reneses, «peregrina a Tierra Santa en tiempos de guerra», ha señalado que se fue con «una pena inmensa de no poder continuar el viaje previsto pero las circunstancias y la realidad se impusieron dolorosamente».
Así, describe, que aunque vivió el conflicto «con cierta tranquilidad en Nazaret al amparo del hotel», las noches «estaban amenizadas por los ruidos de los misiles y el resplandor en el cielo que se iluminaba cual verbena en nuestros pueblos de España, así como el ruido de los cazas sobrevolando el cielo: muy animado».
Los 57 guadalajareños de viaje en Israel se encuentran bien aunque «preocupados» por el conflicto
«Sin embargo, mi experiencia es que la naturaleza, como un antídoto, te facilita un estado de inconsciencia y calma que te mantiene de pie. Quiero agradecer al Consulado, la Embajada y el Ejército del Aire su impecable actuación para traernos sanos y salvos a España», relata.
Se queda con «la imagen del militar» que la recibió en la entrada del avión con un «están a salvo, están en casa». «Me dieron ganas de darle un abrazo», ha rememorado.
No se olvida de la Junta y la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha, que «tan pendientes» han estado de ella. «Gracias de todo corazón por esos dos benditos aviones y habernos sacado del infierno», ha concluido.