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Artículo de opinión 31/12/2015junio 7th, 2017

Como militante de base del PSOE, ante la operación de acoso y derribo que algunos de  sus dirigentes territoriales están realizando contra nuestro Secretario General, me siento con la obligación moral de denunciar sus maniobras maquiavélicas y expresar mi opinión al respecto, pues tengo la impresión de que algunos, en el PSOE, todavía no se han enterado de que existió el 15M, de que los ciudadanos exigen una regeneración de la vida pública,  participar más directamente en la acción política y de que los espacios políticos no son propiedad de ningún partido, y de que ellos no han hecho todavía absolutamente nada para rectificar los errores que se cometieron y recuperar la confianza de ciudadanos que nos han dado la espalda.

El PSOE comenzó su declive electoral en las elecciones municipales y autonómicas en mayo de 2011, continuó ese declive en las generales de noviembre  de ese mismo año, en las europeas de mayo de 2014 y continúa de manera irreversible en las municipales y autonómicas de mayo y generales de diciembre de 2015 respectivamente. Y todo eso ha ocurrido sin que en ningún momento se haya producido la más mínima autocrítica, se haya hecho ningún análisis sobre las causas que han conducido  a esa situación, no se ha dado ninguna explicación ni se ha asumido ninguna responsabilidad por parte de los distintos dirigentes afectados por esos sucesivos fracasos.


Con la elección como Secretario General de Alfredo Pérez Rubalcaba, cuyo liderazgo, para cambiar, fue cuestionado por algunos, se inició, lo que pudo ser, un proceso de renovación interna del Partido. Para ello se inicia un  proceso de trabajo en el que participamos muchos militantes y que culminó en noviembre de 2013 con una Conferencia Política en la que se  presentó un documento muy interesante, que debió servir de instrumento de trabajo, pero que rápidamente se convirtió en papel mojado pues no se volvió a hablar de él.

La dimisión de A. P. Rubalcaba, tras las europeas de 2014, obligó a convocar un congreso extraordinario para la elección del nuevo Secretario General. Ahora sí que se va producir un cambio sustancial, (no sin una fuerte resistencia por parte de algunos dirigentes regionales), la elección del Secretario General mediante voto individual y secreto de todos los militantes, donde resultó elegido Pedro Sánchez que fue ratificado después  en citado Congreso Extraordinario.

Aquello sí que fue un verdadero proceso de democracia interna, en el que cada uno votó al candidato que le pareció podía ser la mejor opción para el Partido. Y estaba previsto que aquel proceso se cerrara con la elección, también en primarias, del candidato del Partido para la Presidencia del Gobierno, no sólo con la participación de los militantes sino abierto también  a los simpatizantes. Eso sí que hubiera cerrado un auténtico proceso de renovación democrática.

Pero la verdad es que Pedro Sánchez no era el candidato preferido de algunos dirigentes regionales y de otros capitostes del  Partido. Por eso se abortó el proceso para la elección del candidato a la Presidencia del Gobierno con el pretexto de que era el momento de dedicarse a la preparación de las elecciones municipales y autonómicas que estaban a la vuelta de la esquina. Sin embargo, en realidad, a lo que se dedicaron algunos, casi desde el primer momento, fue a cuestionar el liderazgo de Pedro Sánchez y a debilitarlo como candidato y condicionar su apoyo al resultado que ellos obtuvieran en las municipales y autonómicas, con la táctica de, si gano las elecciones  el mérito es mío y si las pierdo la culpa es del otro. Esta actitud fue vista por los ciudadanos como una debilidad de Pedro Sánchez que parecía incapaz de controlar el Partido, con lo cual lo interesados estaban logrando su objetico.

En realidad, la candidata preferida por ellos era Susana Díaz, como quedó demostrado en las maniobras previas a la presentación de las candidaturas, pero ella no quiso arriesgarse a perder las primarias para la Secretaría General y quedar fuera de juego no sólo en Madrid sino también en Andalucía, y quiso reservarse para llegar dicho puesto, por aclamación, una vez que Pedro Sánchez fracasara en su primer intento para acceder a la Moncloa. Por eso, desde el primer momento, los dos jóvenes dirigentes con más curriculum en el Partido, cuyo principal mérito, no han hecho otra cosa, ha sido estar desde su más tierna  infancia tratando de hacer carrera política dentro del Partido, fueron los que encabezaron el proceso de acoso y derivo a Pedro Sánchez, a sabiendas de que con esa actitud cainita no sólo perjudicaban al Secretario General sino fundamentalmente al PSOE, como si su consiga fuera: hundamos al PSOE que ya estamos nosotros aquí para volver a levantarlo. Y ahora, cuando han conseguido su objetivo de que Pedro Sánchez pierda las elecciones, tienen la osadía y el cinismo de exigirle responsabilidades como si el único responsable fuera él  y ellos no tuvieran ninguna  responsabilidad en el desastre.  ¿Son conscientes estos irresponsables del daño que con su juego sucio han hecho al Partido, a los militantes y a la sociedad española al supeditar el bien del PSOE  y de los ciudadanos a sus propios intereses personales?

¿Están ellos en condiciones de pedir responsabilidades al Secretario General, por su supuesto fracaso, cuando en Andalucía después de que el PP haya perdido 569.449 votos, y el PSOE no haya recogido ni uno solo de ellos, sino que ha perdido 180.527 votos, y que en Castilla-La Mancha el PP haya perdido 216.300 y que el PSOE no haya ganado ni uno solo de esos votos, sino que haya perdido 23,661? ¿De quién es la culpa de la pérdida de votos en estas comunidades, del Secretario General o de sus respectivos presidenta/e que con su actitud han contribuido al fracaso, más que de Pedro Sánchez, al del Partido Socialista? ¿Han hecho ella o él alguna autocrítica o asumido alguna responsabilidad por la continua pérdida de votos del Partido en sus respectivas comunidades en los sucesivos procesos electorales? No me consta.

Es verdad que determinadas decisiones son competencia del Comité Federal. Pero también es verdad que es responsabilidad de los  dirigentes regionales jugar limpio, y no continuar transmitiendo esa imagen de división que tanto daño está causado al Partido, y que son  incomprensibles para los ciudadanos que no entienden las condiciones que se le han impuesto al Secretario General en el Comité Federal, y que es evidente su talante anti democrático al imponer líneas rojas al inicio de negociaciones  con otros partidos. Se pueden poner líneas rojas a los pactos, pero no  al inicio de  las negociaciones que deben conducir a ellos.

Lo mismo podría decirse de su prisa por la celebración del Congreso en las circunstancias actuales, que se percibe por los ciudadanos como un deseo de acabar cuanto antes  con el Secretario General. ¡Qué vergonzoso el espectáculo! Cuando teníamos que estar hablando de cómo solucionamos el problema del paro, la marginación y la exclusión social, de cómo se corrigen las desigualdades, de cómo se despolitizan las instituciones del Estado y cómo se regenera la vida pública. Cuando está en juego el bienestar de los españoles estos, políticos mediocres están hablando de cómo se pone límite al diálogo con otros grupos políticos como si eso fuera lo que  exigen los ciudadanos y  se dedican a pelear  por un sillón. Es decir: quítate tú que me pongo yo. Ya lo he dicho antes, parece que están decididos a terminar de hundir al Partido Socialista.

Pedro Sánchez es el único dirigente del PSOE que tiene legitimidad democrática. Fue elegido por los militantes, legitimidad de la carecen los que ahora tienen tanta prisa para eliminarlo  en un Comité Federal mediante un procedimiento anti democrático. Si hay que sustituirlo se hará lo mismo que se le eligió, en un congreso que debe celebrarse cuando convenga a los intereses del Partido, no cuando quieran los que se han propuesto eliminarlo.

Antes de celebrarse el Congreso tiene que haber un proceso de primarias. Así está previsto en los estatutos. A ese proceso podrán presentarse Susana Díaz, Emiliano y cualquier otro militante que quiera hacerlo, y por supuesto, también podrá presentarse Pedro Sánchez si así lo desea, y seremos  los militantes quienes con nuestro voto directo y secreto  decidiremos quien será el Secretario General del Partido y el candidato a la Presidencia del Gobierno. Y es competencia del Congreso ratificar la decisión de los militantes.

Y no olviden los dirigentes regionales que ellos también tendrán que someterse al veredicto de los militantes en sus respectivos congresos regionales en los que tendrán que ser revalidados por ellos. Aunque tal vez pretendan evitarlos pues tienen alergia a la democracia interna.  Y puede que ese sea el momento de ajustarles las cuentas por la deslealtad con la que han actuado, no sólo contra Pedro Sánchez, que también, sino por el daño que con su actitud han causado al Partido.

Elías Pérez es miliante del PSOE en Talavera.

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