El entrenador de fútbol Joaquín Caparrós, quien con su pregón ha inaugurado hoy en Cuenca las Fiestas de San Mateo, declaradas de interés turístico regional, ha afirmado que las Fiestas de San Mateo «merecen ser declaradas de interés turístico nacional».
Así lo ha proclamado hoy en su pregón desde el balcón del Ayuntamiento de la capital conquense y ante varios miles de «peñistas» con los que ha dado la bienvenida a estos festejos que en esta edición reúne a cincuenta peñas -el máximo permitido- y unos 5.500 «peñistas», en el casco histórico de la ciudad.
La festividad de San Mateo se celebra del 18 al 21 de septiembre en memoria de la conquista de la ciudad por parte del rey Alfonso VIII en el año 1177.
Las señas de identidad de estas fiestas, para las que el Ayuntamiento quiere la declaración de interés turístico nacional tras obtener el distintivo regional, son la suelta de vaquillas enmaromadas por el casco histórico y la concentración de las denominadas peñas mateas que conviven en la parte antigua de la ciudad durante los cuatro días de festejos.
El entrenador del R.C.D. Mallorca se ha declarado «conquense» y ha confesado sentir «una gran ilusión» por recordar sus días de San Mateo: «Vuelvo a mi casa, que es Cuenca» ha dicho.
Caparrós ha elaborado un discurso plagado de alusiones a sus comienzos como jugador de la Unión Balompédica Conquense y sus recuerdos de celebración de las fiestas mateas en la ciudad de las Casas Colgadas.
Como jugador, ha rememorado momentos curiosos como el ascenso del ‘conquense’ a 3ª División en julio de 1980 con el que gritaba «¡conquense! ¡conquense!».
Luego como entrenador, en 1993, ha recordado el partido jugado frente al Socuéllamos en el que arengaba a sus jugadores con la expresión típica de Cuenca: «¡Pero chorra, pero chorra, que nos coge la vaca».
El discurso, aderezado con las melodías más populares de las fiestas mateas de la mano de la charanga de la Peña «Enemigos del Agua», ha arrancado los aplausos y la respuesta del público en numerosas ocasiones.
El pregonero ha enumerado a muchos de los personajes protagonistas de las Fiestas de San Mateo y a las primeras peñas que impulsaron los festejos, como la peña del Pelusa y la del Korinto.
También ha guardado un espacio para el arte que ha marcado el carácter de la ciudad nombrando a personajes como el pintor ya desaparecido Bonifacio, con el que compartía «bocado» de vez en cuando y Zóbel, «que hizo mucho por Cuenca».