En relación con las declaraciones del ayuntamiento de Toledo sobre la posible apertura del centro de Educación Infantil de Avenida de Irlanda desde la asociación de Centros de Educación Infantil Privados de Castilla-La Mancha (ACEI CLM) han querido dar a conocer la grave situación del sector en Castilla-La Mancha (y en particular en Toledo y su periferia) siendo esta situación agravada con la apertura de nuevos centros que «no son en absoluto necesarios», afirman desde la asociación en un comunicado.
Desde la Asociación quieren plantear tres cosas fundamentales. En primer lugar, a nivel político y social, quieren cambiar la concepción errónea de que faltan plazas. “Esto no es cierto en Castilla-La Mancha, y concretamente en Toledo y su periferia, con el crecimiento real de plazas que se ha producido en los últimos años”. En este sentido, explican que las plazas públicas han aumentado enormemente con el dinero que provenía del plan E y en concreto del plan Educa3.
Además, al crear plazas públicas no se han computado las privadas, por lo que si no se hacen buenos estudios de necesidades se arruina a la empresa privada existente con la consiguiente destrucción de empleo y riqueza.
En cuanto a las plazas privadas, se ha producido un considerable aumento, ya que desde los ayuntamientos se ha animado a la iniciativa privada a crear plazas para poder ofrecer el servicio a los ciudadanos.
Por otro lado la situación económica actual ha disminuido enormemente la demanda.
Desde la asociación han querido llamar la atención sobre como el modelo que se está adoptando de centros públicos de gestión privada está destruyendo la oferta privada por las condiciones de falta de equidad que se están produciendo.
En este sentido, apuntan que las administraciones proporcionan edificios magníficos en las mejores zonas y con un canon simbólico anual (de 7.000 a 9.000 euros).
Esto supone una enorme reducción de los costes de la empresa privada concesionaria en un 25-30 por 100.
Los ingresos totales de la empresa concesionaria son iguales o mayores que en el caso de una empresa privada (dinero que proviene de los padres 218 euros + subvención de la junta 120 euros = 338 euros), según el estudio de la asociación.
La concesión se da a 15 años: son muchos años por lo que se blinda el mercado.
Se asegura el 100 por 100 de las plazas a la empresa concesionaria por el modo en que se gestionan las listas de espera. Primero obtiene la plaza quien cumple los requisitos, pero cuando se va llamando a la lista de espera esto deja de suceder.
Por otro lado, los baremos de la ciudad de Toledo están puntuando con un punto la renta familiar y con seis puntos el que los dos padres trabajen, con lo cual se está dando las plazas en primer lugar a las personas con más recursos.
En esta situación, cualquier empresa privada que no opte a la gestión de un centro público no puede competir con una empresa que ofrece los mismos horarios, tiene las mejores instalaciones, tiene una concesión a 15 años y cobra a los padres 120 euros menos al mes.
En su comunicado, la asociación apunta que el modelo actual de centros privados funciona y merece la pena conservarlo por su especialización, su singularidad y diversidad, su servicio de calidad, el tipo de empleo estable que ofrece y su perfecta adaptación al entorno en el que ya está inmerso.